Libro de Visitas

miércoles, 24 de marzo de 2010

08/03/2010 CRONICA DE LA SALIDA DOMINGUERA

Hoy poco que añadir a lo ya dicho por Juan. En VV, nos juntamos Santos, Antonio PP y El Litri, con intención de tirar para las Breñas. La mañana se presentaba desapacible, pero bueno, siempre podríamos darnos la vuelta. Al poco apareció Javi KTM con intención de hacerse un recorrido por las cañadas, pero como quiera que no apareció nadie a hacerle compañía, no tuvo más remedio que plantear venirse con nosotros. Milagrosamente accedió y así tiramos los cinco para Barbarte. En el camino un intermitente y mosqueante chirimiri. Ya pasada la Barca de Vejer, a nuestra izquierda el espectáculo del agua era asombroso, parecía un autentico y enorme arrozal. Sin embargo las Breñas, como siempre, estaban sequitas, algún que otro charco en el carril principal, pero fácil de sortear. No llevábamos ni cinco kilómetros cuando a Santos se le vuelve a reproducir la avería de Charcorredondo, el eje bailando, y sus flamantes bielas MSC a pique de descolgarse. Que te pasen estas cosas después de haberte gastado una pasta gansa, son probables, pero que se reproduzcan tan rápidamente… No se, no sé, algo huela a chamusquina. Nuestro benjamín, además de muchas otras cualidades, tiene buen humor, el mismo que otros querrían para sí, y con esta filosofía se dio media vuelta. Su colega Antonio PP, a pesar de las ganas que tenía de rodar por aquellos lares, se solidarizó con él, y ambos regresaron a San Fernando. A partir de ahí intenté seguir la misma ruta que hiciera la semana anterior con los Figuras y me orienté bastante bien, hasta el punto de hacerla al completo. Ni Juan, ni Javi, conocían la ruta, pero se quedaron agradecidos, primero por la belleza del sitio, segundo por la dureza y técnica que tiene muchos de sus tramos y por último, por el magnífico tiempo que nos acompañó prácticamente durante todo el camino. Cielo perfectamente despejado a partir de la 10:30 de la mañana, tanto, que hasta nos sobraban los maillots de invierno.
Ya de regreso intenté convencer a los compis, para tirando hacia Vejer, hacer unos cuantos kilómetros más. Pero menos mal que no lo logré, pues poco después y ya de regreso, en la autovía y precisamente pasado Vejer, nos cayó el mismísimo diluvio universal. Si nos hubiera pillado semejante mojá encima de la bici, otro gallo hubiera cantado, sin embargo, como no fue así, al final completamos un día extraordinario. En la gasolinera, sólo invertí 50 cts., en lavar la bici, lo que os puede dar una idea de lo poco sucia que estaba.






No hay comentarios:

Publicar un comentario