Libro de Visitas

domingo, 20 de febrero de 2011

ZAHARA DE LOS ATUNES-SIERRA DE SAN BARTOLOME-FATES Y A LA INVERSA EN EL MES DE FEBRERO

Un grupo de Cañasbike se reunió este domingo en el habitual sitio de siempre, no eran muchos, aunque si los habituales en este tipo de salidas.

Uno de esos cañas se llama Pablo, hoy estaba especialmente motivado pues era la segunda salida para su preciosa “Alma Carbon” y además a sus espaldas traía un intenso mes de entreno en flaca, otro Isra, dejó que el resto contemplaran sus ruedas grandes, tras una aparatosa caída que mantuvo aparatada su montura durante unas semanas, para variar, hoy como siempre, estaba impaciente por encarar cuanto antes los retos del día. ¡Si o qué!. Rumanu, como Pablo también volvió a montarse en la gorda, y por eso apareció en su furgoneta, que muchos echaban de menos, ya no sólo por el transporte propiamente dicho, si no por las conversaciones de dentro y es que a algunos cañas, les encanta mover la lengua, y eso, en la furgo del Rubio está garantizado. Juan, apareció como casi siempre, y es que este cañasbike es muy capaz de apuntarse a cualquier reto que se plantee o que el mismo se proponga, a pulso se está ganando el sobrenombre de Diesel aunque a él le gusta que lo conozcan como Litri. Jesus Baron, estaba más nervioso por la cercanía de la cuaresma que por la ruta en sí y es que este Capillita, le ha perdido el respeto a cualquier cuesta arriba, a las cuestas abajo todavía se está haciendo. Jose Antonio, los cañas lo conocen como el Makina, pero más bien debería responder al sobrenombre de LA MAKINA, así en mayúsculas para que no quede duda; allí estaba, como siempre, dispuesto para echar un buen rato y si se puede, hacer también un buen entreno, con o sin cabeza. Rogelio, siempre presto para este tipo de rutas, no podía faltar, tal vez no para llegar el primero, pero sí para completar esta o cualquier otra ruta que se plantee. Rafa, bautizado por Rumano como el Zapatero de Caballos, también estaba allí y no era para menos, pues hoy había muchas cuestas y si algún cañasbike quiere comprobar como escalar cuestas, aprenderá si es capaza de pegarse a su rueda. Por último completó el grupo Carlos, un cañasbike que parece estar más preocupado de hacerle fotos y de enterarse de lo que comenta el resto que de darle a los pedales. Pero que le vamos ha hacer, como dice el dicho, de todo tiene que haber en la Viña del Señor.

La ruta es una vieja conocida, primero el calentón de la cuesta de los sevillanos, que sólo cogió por sorpresa a Pablo, el único que no había pasado por allí y después Sierra Plata, que aquel día estaba ligeramente impracticable. La Tierra roja se les fue adhiriendo con suma facilidad a los neumáticos, formando ese incordio de masa que lastra como nada, el problema sin embargo para algunos no fue el lastre, la arcilla en el giro fue creciendo hasta depositarse en los cambios, por lo que algunas cadenas se colapsaron. ¡Los muertos del cambio! Y el pie a tierra fue lo que tuvo que hacer Pablo unas cuantas veces. ¡Coño! Se escuchó decir a Charlie cuando se le bloqueó la tracción. Cuando esto sucede en una cuesta como la descrita, los bikers se suelen acordar de toda la corte celestial, así que como Pablo, también pie a tierra, ¡Qué demonios pasa! Un tercero, Rogelio, había tenido similares problemas. Pablo continuó el ascenso, Rogelio y Charlie, meten fielmente la transmisión en un charco, intentando quitar el fango de todos lados. Así mal que bien completan Sierra Plata.

Ya en el asfalto, arriba, mientras los Cañas se reagrupan apareció Gregorio de los Figuras, el sábado los grupos de Barbate habían tenido una jornada de convivencia (junto con los MataosBike y los PartePatas, a la que también fueron invitados los cañas, si bien ninguno pudo asistir), el Figura les contó que de la convivencia algunos, por no decir la mayoría, quedaron profundamente convalecientes, y por eso había salido sólo a hacerse sus 40 ó 50 kms reglamentarios de buena cuesta.

Gregorio descendió con ellos hasta el cruce con la carretera que se desvía a la “Silla del Papa”, en cabeza se había lanzado de forma vertiginosa seguido de Rumanu y el resto de “cañas” en racimo. El descenso transcurre por una vieja carretera militar, que en algunas zonas tenía el piso húmedo y eso debía ser suficiente para que la tropa extremara la precaución. Pero que va, si el último llegó a marcar 67 km/h, imaginad la velocidad punta que debieron coger los de cabeza. Desde luego precauciones no tomaron muchas.

Al invertirse la pendiente de la carretera, el grupo rodó compacto durante unos kilómetros, pero hoy había mucho nivel y distintos umbrales de entrenamiento en el pelotón, y aunque no fuera esa la intención, a algunos cañas les costaba la misma vida mantener la rueda del que tenían delante. Al llegar a la cima de un repecho Chalie y Capillita se detuvieron en una Venta a reponer agua, tal vez los de delante no se dieron cuenta, pero lo cierto se quedaron solos y en pareja hicieron la subida al poblado de Betis, mientras que los otros prolongaban los típicos piques de cabeza. Makina, regresó en busca de los descolgados, y con ellos realizó el descenso hacía la nacional.

El acceso a la cuesta de Fates no es sencillo, por un lado la valla más débil dispone de un candado, al otro lado hay una enorme puerta de hierro, pero justo en medio reza un cartel de PROPIEDAD PRIVADA PROHIBIDO EL PASO. Al Final ni por un lado ni por el otro, siguiendo a Rumanu se metieron por un lateral, aunque a fin de cuentas no quedó otro remedio que saltar una tercera alambrada. Semejante algarabía montaron que al final una mujer embatada acabó por asomarse a ver que demonios estaban haciendo.

Ya en ruta a las primeras de cambio, Isra, Makina y Rafa destacaron en cabeza. Por delante les quedaba mucha, pero que mucha cuesta. El resto durante unos cientos de metros rodó en conjunto, sólo se quedó en cola Jesus que se había prometido subir la cuesta sin agobios, a su propio ritmo. La pendiente fue aumentado progresivamente y con ella los carreteros dieron muestras de sus entrenos, en consecuencia Manu y Pablo fueron ganando metros. Fates es una cuesta literalmente muy puta, con grandes curvas y buen desnivel, los bikers cuando creen que van a franquear la última curva, la rebasan ansiosos y se encuentran con otra, otra, y otra más. Es una cumbre que debe afrontarse con tanta fuerza de piernas como de cabeza.

De cualquier modo el firme, consecuencia de las ultimas lluvias estaba hoy especialmente lujoso, los cañas podían mover buenos desarrollos o incluso ponerse de pie, algo absolutamente impensable si no hubiera diluviado durante la semana. El firme en temporada seca es de lo más agobiante, las ruedas se esconden con asombro entre la arena y las piedrecillas sueltas, la posición en la bici tiene que estar siempre perfectamente compensada para que no patinen las ruedas traseras. Y aún se puede complicar todavía más, cuando al firme seco se le añade el calor.

Por esos motivos llegaron arriba mejor que nunca, e incluso algunos se aventuraron a llegar a las mismas antenas.

Una vez reagrupados continuaron el ascenso, esta vez por el carril forestal que lleva hasta el mismo pueblo de Facinas. Un camino especial, sobre todo por las vistas, a la izquierda una enorme y densa floresta con abundancia de helechos, y la derecha, tras el precipicio la inmensidad del Parque de los Alcornocales, mientras, por la altura, rapaces y grandes aves de rapiña volando a pocos metros de sus cabezas. Tocaron cumbre en un centro de vigilancia militar, allí desde lo alto las vistas eran sencillamente espectaculares. Con meridiana claridad tanto se vislumbraba la mar, como la sierras limítrofes que envuelven el noreste de la provincia de Cadiz.

El regreso la mayoría decidió hacerlo deshaciendo el camino, lo que implicaba bajar grandes cuestas, pero también subirlas. Juan y Jesus optaron por descender a Facinas y continuar por llano hasta los coches, su regreso fue sin consecuencias.

Fates, a pesar de ser un descenso complicado, lo bajaron a buen ritmo, saltaron la valla, otra vez de forma aparatosa, cruzaron la nacional y comenzaron el ascenso hacia el poblado de Betis. Rogelio y especialmente Charlie quedaron descolgados de los de cabeza, que subían cual si los kilómetros no hicieran mella en sus piernas. Rogelio ascendía a su modo peculiar en zig-zag y Carlos moviendo el molinillo y más preocupado de rellenar el bidón de agua y del ruido que hacía la transmisión de la bicicleta que de la cuesta en sí.

En Betis se volvieron a reagrupar, Rogelio sacó un pequeñísimo tubo del maillot de Pablo, y engrasó su seca cadena, dos gotas fue las que dejó para su compañero Charlie.

Continuaron y ahora la transmisión que comenzó a dar problemas fue la de Rafa, tantos molestias llegó a causarle, que se fue quedando en la cola. Pasada la entrada a las ruinas de Baelo Claudia cuando la pendiente se invierte, Rafa se puso en pie y “clac” se bloqueó y para colmo le dio un calambre, pero no uno cualquiera, uno de los buenos. Carlos se quedó con el para hacerle unos estiramientos, la estampa que ambos protagonizaron al borde de la carretera fue cuanto menos peculiar, algún degenerado podría pensar que la postura estaba sacada del kamasutra. Pero bueno causó el efecto deseado y además sirvió para que Rafa recordara llevar un tubo de aceite en la bolsa de herramientas. Ahora si que les rodaban finas las transmisiones, el grueso del grupo los esperaban un poco más adelante. Al enterarse de que Rafa llevaba aceite, no le quedó más remedio que parase, pues no había una sola transmisión que no chirriara y echara de menos un engrase.


Subiendo la gran cuesta de Camarinal, Rogelio al tiempo que volvía a emplearse en su zig-zag, comentó lo profundamente a gusto que iba a dormir aquella noche.

Mediada la cuesta se desviaron esta vez hacia el Faro, y de ahí hacia la playa de los alemanes y poco después destino. Allí les esperaba Capillita con un paquete de patas y una KAS de naranja, poca bebida para los sedientos que acababan de llegar. Pero bueno después de medio acicalarse tuvieron oportunidad de dar cuenta de las preceptivas jarras del preciado liquido amarillo que tanto les gusta a los cañasbike. A algunos claro está, como se dijo al principio, de todo hay en la viña del Señor y en este grupo, que tal vez en futuro no muy lejano, se convierta en club no podía ser menos.

TODAS LAS FOTOS:

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sábado, 12 de febrero de 2011

FACINAS - PUERTO DE LA ESCOBA - SIERRA LUNA

La verdad cuando Gui me dijo que esta crónica la quería hacer él, la primera impresión fue de absoluta sorpresa, me quede perplejo, anonadado, por no decir alucinado. En realidad me dijo tal que así: Oye Carlos, esta ruta me dejas a mi que la cuente que cuando lo haces tu es un putocoñazo, no te parezca mal tío, pero es que te enrollas más que una persiana vieja y al final, por mi madre que no me entero.

Conociendo a Angel Luis, no le podía tener en cuenta semejante comentario, así que no lo dudé, pues nada monstruo, cuando la tengas lista me la envías por e-mail y ya me encargo de colgarla en el bloq, ponerle fotitos y esas cosas, y esto es lo que me mandó.

Ya tenía yo ganas de escribir un poco, aunque ya sabéis que soy más de imágenes, por eso de la cámara en el casco, está claro que describen mejor que nada lo bien que me lo paso haciendo el cabra o grabando como lo hacen los demás, que tiene hasta casi más gracia, sobre todo cuando se ostian.

Pues eso, el sábado allí me junté en la VV con los capullos de siempre, hacía un frió del c…, nada más cruzar el Puente Zuazo, el termómetro se puso en 7º ¡Coño! _ le dije a

Rogelio que iba en su coche_ Si aquí tenemos esta temperatura verás la que nos espera en Fascinas. Será en Facinas _ me contestó el Roger_ Pues eso Fascinas que yo estoy “fascinado” del frío que está haciendo. Poco después de pasar Conil, en la autovía se plantó una niebla que no dejaba ver tres en un burro. El termómetro continuó cayendo en picado, 6º, 5º y ¡cago en… 4º, que frío!, así hasta situarse en los 2º que marcaba en la Venta el Nene, en pleno Fascinas. El cielo estaba despejado, y el pronostico era que íbamos a disfrutar de un día excelente ¿Entonces que demonios me pongo?

Luego llego la peña de los Montabay, buen grupito estábamos montando, Guille, tenía la piel sonrosada pues se ve que no puede rodar con un cullote largo o unas perneras, así que decidí imitarle. Olvik llevaba unos mitones con los dedos al aire, y alguno sólo de verlo le daba grima, por si acaso mis dedos iban enfundados en unos guantes completos y aun así parecían dos témpanos de hielo. Comenzamos a rodar por la carretera seguidos por los Trivelobikes de Puerto Real, un montón de peña, que iban a subir el Puerto de la Escoba, el Jose Mª de los Montanbay no paró de hacernos fotos a unos y a otros. En medio de todos iba el Angelito mu encogio, pues el capullo se había colado allí hasta con fiebre, eso si es afición “pisha”.


Dejamos la carretera y a la peña de Puerto Real y nos metimos por un carril con una pequeña bajada pedregosa, esto ya pintaba mejor, ¡benditas piedras! Cruzamos un río y ¡ostia, que pedazo de cuesta! Rota y pedregosa como a mí me gustan. Lo mejor fue que con la cuestecita no sólo se me dispararan las pulsaciones, también la temperatura corporal subió unos cuantos grados, que no vinieron nada mal. Aún así el, puto cambio del chino, empezó a darme por culo y no me quedó más remedio que pararme a ajustarlo. Rodamos después otra vez por carretera hasta que por fin nos desviamos para meternos en el Parque de los alcornocales. ¡Hay que ver como me agobia el asfalto! Nada más empezar, el cambio me da otro aviso, otro y otro, así en una jodida y larga cuesta.Me paré no me quedó más remedio, iba como muy sobrado, así que le dije a la peña que no me esperara, que ya los alcanzaría. Para cuando terminé de ajustar el cambio le di caña, pero los tíos no aparecían, me habían sacado una buena ventaja, luego ví que me estaban dando tiempo, el Capi, el Charlie y Josemari, cuando los pillé me puse a tirar de ellos, se ve que tanto, que me echaron la bronca, dijeron algo así como que para eso no me habían esperado. ¡Jo, que bueno, hoy estaba rodando de puta madre! Aún así me preocupaba la subida esa de la antenas, y al Capi también. Le preguntaba a los compis cuanto quedaba, para ver si me metía o no un gel, en la mochila llevaba un cargamento del copon. Al final me lo tomé y el Capi otro, para que el azúcar estuviera en la sangre cuando fuéramos a afrontar el Puerto de las escobas. Apareció el Bajadita a darnos el encuentro, este si que está sobrao el tio, como si fuera el Makina, ahora se pone el primero, regresa y apoya a los de cola ¡Vaya tela er nota!

Poco después a lo lejos comenzó a verse la cola del grupo. Al verlos, el Capi que antes parecía que le costaba seguirnos se lanzó como una flecha tras ellos ¡Quillo, reserva, para las cuestas! ¡Será mamón!

Luego dejamos el buen carril y pillamos por una trialerita. Es mi terreno, así que, ¡Que voy! ¡Cuidado!, que bien estaba rodando, y que torpes son esta mancha de mamones, aunque alguno estaba fuerte de cojones, cualquiera los pillaba, está claro que tanto entreno en canija debe servir para algo.

Vino ahora esa subida a las antenas, al principio me puse a la vera del Rogelio que programaba con Carlos una ruta por la Sierra de Granada. Yo me centré en la cuesta, hombre no la completamos porqué poco antes de la cima nuestra ruta se desviaba a la derecha, ahora bien no se a que viene tenerle tanto respeto a este repecho, de haberlo sabido no me hubiera molestado ni en tomarme un sólo gel. A los que si debió de atragantárseles la subida fueron al Guille y Nacho, que no daban aparecido, el primero que estrenaba categoría master 50 y el segundo porque tiene que arrastrar sus más de cien kilos, los dos tienen mérito porque subir suben a donde sea, eso sí, a su ritmo, no los vayas a agobiar. Mientras esperábamos algún capullo me hizo esta foto, pero no penséis que estaba descansando, tan sólo colocando bien la cámara del casco.

Paro no enfriarnos al final Josemari decidió regresar en busca de sus compañeros, ya nos veríamos en la base de las antenas, Angelito les acompañó, que con su gripazo bastante estaba haciendo con haber llegado hasta allí.

Así que saltamos una verja, y nos metimos en una zona, llena de árboles y mucho verde por todos lados, con un camino repleto de hojas secas, tope guapo. El Yoki dijo que aquella era una zona protegida pues allí se encontraban los únicos alcornoques enanos de toda Europa.

Fuimos subiendo hasta otras antenas, estas estaban más bajas que las de la Escoba, que por cierto se veían de puta madre desde donde nosotros estábamos. Por ver se veían hasta los otros montabay subiéndola. Nos detuvimos primero a hacernos una foto del grupo con la cámara del Olvik, las vistas eran del c…, luego nos volvimos a parar en la cima a descansar algo, aunque a mí no me hiciera falta, pero hay que ser solidario con la gente, así que me detuve y de paso le eché algo al estómago.

Aparecieron un par de bikers subiendo lo que nosotros teníamos pensado bajar, eran gente de los Toparriba del Puerto. Dani le preguntó al primero si era Merito (ya sabéis el que organizó la ultima KDD en San Cristóbal), el tio que iba un poco afisiao, le contestó que desde luego, que si, que si, que la cuesta tenía mérito. El que iba detrás debió enterarse mejor, le explicó a Dani que era precisamente el hermano de Mérito. Estuvo gracioso el detalle.

Para cuando empezamos a descender, no veáis la que me dio el mamón del Charlie, ¡Illo grábame, grábame que nunca salgo en tus videos! No querías video, pues toma video, te vas a jartar.



Que guapa la bajada, al parecer la había descubierto el Litri investigando en solitario. Este Juan está casi más colgao que yo, mira que meterse sólo por aquella bajada, pa verse escuernao. De hecho en un empedrado el Charlie perdió el equilibrio y se fue al suelo ¡Cago en la puta! Llegué tarde para grabarlo, menudo cachondeo tenían con el nota tirado en el suelo. Fue poca ostia por que después se subió en la bici y bajó a buen ritmo justo a mi lado y el de Dani, y eso que la bajada estaba tela de chunga. En mitad del descenso nos paramos a fin de agruparnos, momento que Olvik aprovechó para bajarse de la bici con estilo, o sea perdiendo la rueda, y llevándose su respectivo dorsalazo, puso mala cara, pero nada mas, rápido le volvió el buen humor.

Ni Javi de los Montanbay ni el Capi de los nuestros daban señales de vida, bajaron con extrema precaución, sobre todo el Jesus. Menuo respeto le tiene a las bajadas. Como que hizo un montón de tramos andando. Bueno Roma no se hizo en cuatro días, así que ya le daré yo caña para quitarle el miedo.

Allí mientras estábamos esperándolos el Charlie volvió a dar la nota. ¡Que tio! Le dio por hacer extensiones y en una se le quedó clavado un músculo de la pierna. Como pegó unos gritos muy raros, por mi madre que todos creímos que estaba de cachondeo, nosotros venga ja, ja, ja y el ay, ay, ay. ¡Illo, que no es broma, aguantarme la bici coones! Encendí la cámara a tiempo.

Continuamos descenso hasta el área recreativa, antes vi como a Yoki se la caía el bombillo, y en vez de pararme a recogerlo fui en su busca para avisarlo. Luego recapacité, debí haber parado, pero bueno, confío en que no me lo tenga en cuenta. Ya me vais conociendo. En el área recreativa repusimos agua y otra vez a subir cuestas, así hasta los molinos de la base de la Escoba, los Montanbay que habían subido ya iban de regreso. Nosotros acortamos por la misma trialera que subimos al principio, no veas, que guapa, sólo se me escapó el Yoki, que había salido zumbando, a los demás me los comí a todos con papas fritas y eso que el Danielo y el Modesto bajaron a buen ritmo. Luego toda esa larga cuesta que hiciéramos al principio, se reflejaba ahora a la inversa, al inicio nos los tomamos con calma, yo el primero y más Yoki que en la bajada trialera anterior había partido un radio de la rueda trasera. Sin embargo alguien empezó a tirar, el resto le siguieron y en un momento pusimos el turbo, bueno Litri debió poner la inyección electrónica pues cualquiera lo pillaba, alguno comentó que la mujer le habría llamado por teléfono, pues si no se entiende que le entró a ese chiquillo, que prisas.

Cuando llegamos a la carretera otra vez se nos despistaron Javi y Capillita, el primero porqué ahora estaba con calambres y el segundo porque hoy no era su día en las bajadas, bajada en la que por cierto se volvió a encontrar con la misma piba que le echó cojones bajando Peguera. Tiene o no tiene arte la cosa.

Luego nueva envalaera, esta vez por carretera hasta Fascinas. Allí nos estaban esperando los otros Montanbay. Que buenas estaban las niñas del bar, y que buenos chicharrones nos metimos entre pecho y espalda.

Bueno y así hasta la próxima, mancha de mamones.

Fdo.- Güi, alías Tecomotoa.

ENLACE A LAS FOTOS:

LAS DE UNO:

http://img708.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=imgp0669m.jpg

LAS DE OTRO:

http://img265.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=sany0069n.jpg



sábado, 5 de febrero de 2011

RUTA PEGUERA JIMENENA CON LOS FIGURAS



El día prometía, pues ya en la Venta la Parada despuntaba el sol ante un cielo azul totalmente diáfano. El frío era más que tolerable y el ambiente, que decir, caras radiantes y muchas ganas de darle a los pedales.

El sábado anterior, en una ruta compartida por las Breñas, Andres (El Tocayo) de los Figuras, me dijo mientras dábamos cuenta de unas cervecitas, de acompañarle a las Moscas. No tenía yo muy claro que era eso de las moscas y no le contesté de inmediato, pero luego estuve indagando en su propio foro y viendo por donde transcurría no lo dudé. En principio sólo yo y Olvik mostramos interés, pero mira por donde, al final nos juntamos casi tantos Cañasbikes como Figuras, 18 en total, como para aburrirse.

Partimos de la llano de Peguera donde habíamos dejado los coches, los primeros desniveles transcurren por una zona densamente arbolada, riachuelos por aquí y por allá, por lo que la humedad era considerable y la ropa, al menos a esa hora, se agradecía bastante. Pronto Matamulo comenzó a hacer de las suyas, ahora cojo a este de la tija, a este le meto el lomo, a mi me agarró de la potencia para impulsarse, al “Pelón” le metió el costado y casi lo tira, total lo que siempre sucede cuando se rueda al lado de este Figura.

Rápido comienza el ascenso, es una subida mantenida, vieja conocida de nuestro amigo Modesto, pues allí sufrió su primera pájara. La pendiente estira al grupo sobremanera, en cabeza se habían despistado el Figura Conesa y el Cañas Pacopil. Reagrupados en la primera cancela, pasamos la misma para continuar el ascenso por el margen derecho. Mas subida y de nuevo el grupo que se disgrega otra vez, en función de las ganas y las fuerzas.

Otra cancela donde nos hacemos mas fotos:

Nos metemos en una finca privada, en silencio, a pesar del número. Los “shuuuu” de los Figuras nos mandan callar, no fueran a localizarnos y obligarnos a regresar por donde habíamos venido. Emprendemos un rápido descenso por carril ancho aunque descuidado, por lo que había que estar atento. Las vistas del parque espectaculares, sólo vida salvaje a nuestro alrededor, a lo lejos una torre de vigilancia y abajo un cortijo abandonado con siete chimeneas según Andres, el bigotes, abuelo o la vieja de los Figuras (anda que no tiene títulos nobiliarios el personaje). Se invierten las cuestas y en otra empalizada nos reagrupamos y sacamos nuevas fotos. Tras la cuesta por primera vez se presenta en la lejanía, la Sierra de las Nieves con las cumbres perfectamente nevadas reflejando un blanco espectacular. Tras un repecho dejamos el camino para meternos por un sendero en medio del boscaje. En cabeza, no se como, pero se situó Capillita, el carril era de franca técnica, difícil de completarlo encima de la bici, a mí al menos se me fue la pierna un par de veces, no en vano Gui comentó que el camino le recordaba a los de Cortes 60.

Nuevo agrupamiento que aprovechamos para echarle algo sólido al estómago. Los últimos en llegar, “El Figura” y “ El Pelon” son dos personajes muy representativos, el primero, llama la atención de por sí, pues con un humor muy campechano va saludando y animando a todo el mundo ¡Venga figura! ¡amonos figura! ¡bien figura! Comprenderéis porqué al protagonista le dicen “EL FIGURA”. El otro es mucho más comedido, pero igualmente simpático, le falta un colmillo y no ríe tan a gusto como le gustaría, pues se incomoda cuando reluce la mella. Lo curioso es que el diente en cuestión (postizo a mas señas) lo perdió subiendo una cuesta, y allí fueron todos los Figuras a buscar el diente. Cuenta el Pelón ¡Illo, mira que tuve mala suerte, se me fue a caer en un sitio donde todas las piedrecillas parecían tener la misma forma que el jodio diente! Bueno y ahí no quedó la cosa, cuando pararon para tomar la cervecita de marras, algunos Figuras se encontraron con una mandíbula de alguna bestia, le quitaron uno de los molares y envuelto en un clinex se lo regalaron con el fin de consolarlo. Se ve que la broma, según cuenta el abuelo, no le hizo la menor gracia.

Pues lo dicho cuando llegan estos dos Figuras, alguien les interpeló -¡Ya era hora, no vais ustedes lentos ni na! ¡Aro pisha!-respondió el Pelón- Nos dejáis a nosotros para que cerremos la cancela y salís a carajo sacao, así también llego yo el primero. Cierto que fue así, tal cual lo cuenta y por lo menos se reprodujo en tres cancelas y siempre iban los dos cerrándolas.

Eché un vistazo al cuenta kilómetros, y por los que llevábamos completados, parecía que el día no estuviera cundiendo, pues no llegábamos ni a 30 km completados. Como si me hubiera leído el pensamiento, en ese momento apareció Olvik a mi vera comentando, ¡Vaya!, llevamos mas de 1000 m de desnivel en poco más de veinte kilómetros, vamos ha hacer el equivalente al Homenaje a la Legión. Eso bastó para servir de consuelo.

Luego vino una bajada que, precisamente, Olvik calificó en el foro de no muy complicada y de buen firme. Bueno, bueno, no era una trialera, pero tampoco era una bajada sencilla, el buen firme que recuerda Manolo yo no lo encontré en ningún descenso, y menos en este, y además tenía muchas curvas y bien cerradas. Para mí que Olvik se confundió de bajada, aquí os dejo el video de Gui, que resulta muy indicativo:

Angel Luis, se había ido a la caza y captura de Matamulo (que es un fiera en esto del descenso) y precisamente cuando ya lo tenía a tiro se le fue la rueda; al parecer porqué montó invertida la potencia. Lo cierto se pegó un rodillazo de esos que duelen “pa tó sus castas! Y gracias que no pasó nada más, pues por allí no se veía ni un “arma” y una avería en el cuerpo hubiera tenido compleja compostura. Continuó el descenso hasta el río Guadarranque, allí nos detuvimos para un nueva congregación y de paso Yoki, que llevaba un pequeño botiquín, le hizo unas curas a Gui.

Rogelio que estaba muy activo y de muy buen humor esa mañana me pidió le hiciera esta foto:

Emprendimos ahora una buena cuesta de ancho carril y maliciosa pendiente; como había sucedido hasta hora, la tropa inicia la marcha a cuenta gotas, yo me lancé en medio a unos metros del Abuelo, lo intenté pero me resultó imposible coger su rueda, no veas como anda el tío, es abuelo de verdad, pero cuando se monta en la bici se mueve como un mozalbete, es el Rico de los Figuras. En una de las curvas me indica donde está la cueva, la señala pero no se detiene, continúa el ascenso. Suponía se trataba de la cueva que había visto en diversas fotos de los Figuras, precisamente haciendo la misma ruta, y ciertamente no me equivoqué. Detuve a todos los que venían tras de mí para inmoralizarnos en una foto, al final no fue posible poner el automático, pues el objetivo estaba muy lejos de la cámara, la foto la hizo Rogelio. La cueva en realidad no era tal, si no una simple hendidura en la piedra caliza, usada a lo largo de los años, tal vez de los siglos, por cabras y cabreros como refugio de inclemencia y rigores serranos. Tras las fotos de recuerdo prolongamos el ascenso hasta una nueva cumbre, allí el grupo congregado contemplaba lo que nos quedaba por delante, la famosa cuesta de las “Moscas”, cuesta que debe su nombre a que sencillamente en verano, las moscas te acompañan durante toda la subida haciendo si cabe, más complicado el ascenso. Antes hubo que volver a descender, cruzar un riachuelo y por delante la cuestecita. Ya en los primeros metros comenzaron a establecerse las distancias entre nosotros, intenté seguir la rueda de Perico pero al final desistí, preferí subir a mi ritmo. Poco después precisamente me encontré a Pedro asistido por Pacopil, y el primero quejándose de que no le entraban bien los piñones y maldiciendo a los mecánicos que le había descontrolado su apreciado xtr. Al llegar a su altura me detuve junto a ellos a ver que se podía hacer, lo mismo hizo Litri, gracioso fue cuando llegó Capi, que ni hizo ademán de pararse, y pasó a nuestra vera casi sin mirarnos. ¡Joé capi ya ni saludas! Ja,ja, ja,… La verdad que Jesus llevaba mala cara, después contó que había sufrido de lo lindo en la cuestas, pero ¿y quien no Capi?

En realidad poco pudimos hacer, así que Perico volvió a montarse en su bicicleta, de vez en cuando sonaba ese ¡clá! que tanto nos asusta, como barrunto de romper la cadena. Así fuimos subiendo hasta una zona donde la pendiente dio un respiro, y en medio de la misma, el grupo detenido frente a un Land Rover. ¡No si verás como al final nos obligan a dar la vuelta!- me dije a mi mismo. Pero que va, menudo cuento le echamos, o mejor le echaron los Figuras. ¡Menos mal que no hay montería! _dijo uno de los guardas_ ¡Chiquillo!, pero como venís por aquí, para caerse por un barranco.

El parón lo aprovechamos para hidratarnos un poco y de paso, echarle Gui un vistazo a la tracción de Perico, también, algunos, aprovechamos para engrasar las cadenas. Y otra vez como antes, a retomar el ascenso con el consabido cuenta gotas. A esa hora el sol se había posicionado en plena verticalidad y pegaba de lo lindo, la ropa que tan bien nos vino en las bajadas nos molestaba ahora a más no poder, pero se compensaba con unas vistas magníficas tanto del Parque natural como de la Sierra de las Nieves. No en vano, Yokinet y Pacopil se detuvieron a hacerse fotitos con las cumbres nevadas de fondo.

Quedaba por delante el último tramo de “las Moscas”, tal vez el más puñetero, pues el terreno estaba muy roto, la rodadas eran enormes, no en vano de frente apareció un enorme tractor que nos obligó, literalmente, a abandonar el carril. Concluida la cuesta, allí mismo nos detuvimos para comer algo sólido, quedaba por decidir si descendíamos a Jimena o bien si continuábamos la ruta en sentido contrario, buscando el regreso. En aquel momento no me hubiera importado llegar al pueblo, ahora bien, menos mal que se no se optó por ello, pues poco después el cuadriceps se me agarrotó un par de veces, no se que hubiera ocurrido metiéndole veinte kilómetros más a la piernas, la mitad de ascenso. Al parecer no fui el único, Rogelio contó después haber tenido esas inéditas sensaciones, y no sería el único.

Ciclamos ahora un tramo de una estrecha carretera de montaña, para luego desviarnos en busca de agua, pues en los bidones escaseaba. A partir de aquí la cosa no se por que´, pero se lió. Conesa, Matamulo y Yokinet que siempre llegaban los primeros a todos lados, salieron también los primeros y fueron vistos y no vistos; otros continuamos ascendiendo por el asfalto, y un tercer grupo lo hizo por un camino quebrado donde tuve oportunidad de sacarles bonitas fotos y de paso ver como el Pelón caía a plomo sobre el costado al no poder evitar un obstáculo. Menudo cabreo se pilló. ¡Joé! ya no vuelvo a meter el molinillo. Anda date prisa que esta gente no espera. Bueno pues si que nos esperaron, y lo hicieron en un cruce, que si no nos hubiéramos perdido, igual que los tres primeros, que por descontado no habían cogido por el mismo sitio que nosotros.

Se intercalaron a partir de entonces, algún llano con algun que otro repecho, pero nada comparable a las cuestas pretéritas, sobre todo, lo que vino a continuación fueron dos enorme bajadas, con un pavimento muy duro y rocoso, daba la impresión de haber sido antiguas calzadas adoquinadas. Las horquillas trabajaron aquí de lo lindo, y sin duda, las dobles facilitaron el trabajo, y si no que se lo digan a PacoPil, que así lo comentó al ser adelantado.

Supongo que todos disfrutamos del descenso, aunque algunos más que otros, tras lo cual nos vimos inmersos en lo más parecido al paraíso que pueda haber en la provincia. Que cosa mas bonita, sencillamente espectacular la zona según Olvik denominada “Palancar Bajo”. Ante nosotros se presentaron unos robles, quejigos y alcornoques centenarios de increíble majestuosidad, enormes troncos rodeados de verde musgo y las copas elevándose hasta el infinito, distintas tonalidades de verde, salpicadas de amarillo y la luz filtrándose, buscando hueco en la fronda para iluminar todo aquello de manera prodigiosa. Estaba tan maravillado que no paré de hacer fotos a diestro y siniestro, pero no se en que demonios de programa había puesto la cámara que las pocas fotos que han salido decentemente no reflejan ni por asomo lo que os describo con palabras. En situaciones como estas, es cuando hecho de menos aquella “canon” con forma de submarino que murió en las Sierra de las Nieves ¿Os acordáis las fotos que sacaba la jodia?

Dejemos los lamentos y volvamos al relato, pues ahora el terreno se volvía a inclinar, y como siempre el grupo volvió a desperdigarse, ya no debía quedar mucho para la cancela de la cuesta de Peguera, al menos eso es lo que decía Gui, cuya rueda iba siguiendo y cierto así fue, y en la misma y por fortuna allí estaban los tres perdios que indudablemente habían cogido por otro camino.

Ni a congregarse se esperó, la gente debía tener ganas de llegar a los coches, así que ¡vamonos que nos vamos!, “to pa bajo” hasta Peguera, bajada rápida donde las haya, nos cruzamos en el descenso con una pareja de bikers que lo hacían pausadamente, sin embargo cuando a su vera llegó Capillita, la chica se picó con él y se fue tras su estela. Jesus sin embargo tuvo que detenerse varias veces en el descenso, pues había pinchado en la trasera y no le quedó más remedio que pararse a inflar la rueda.

Ya en los coches aún hubo oportunidad de ver cosas excepcionales, allí mismo había un riachuelo que en un determinado tramo había embalsado el agua de forma natural, nada espectacular una pequeña piscinita donde a lo sumo el agua llegaba a las rodillas. Hacia calor, pero desde luego no para tanto, pero allí fueron unos cuantos Figuras a meterse en el río, cuyas aguas permanecían bajo la sombra de árboles y arbustos, por lo que debía estar fría de cojones. Qué recios son estos barbateños, ni que decir tiene, ningún caña probó la temperatura de las aguas.

De los Figuras, que más os puedo contar, para quitarse el sombrero como siempre, incluso si tal es posible, casi mejor que los Cañasbike. La pena es no haberme podido quedar a comer con ellos, pero imponderables me lo impidieron. Sin embargo ellos, al completo, se quedaron a comer juntos, lo que nos da una muestra de lo primero que ponen los Figuras encima de la palestra y eso no es otra cosa que la amistad y cultivar la misma, lo demás es subsidiario.
Estas cosas no se nos deben olvidar nunca, al menos a mi no se me olvidan.