Libro de Visitas

miércoles, 12 de septiembre de 2012

PEGUERA - PICACHO- ALJIBE



Aunque tan sólo sea una vez al año, me encuentro en la necesidad  de reencontrarme con este blog y sobre todo, con el espíritu con que se creó. Por esos y otros motivos dejo aquí una pequeña crónica de lo que aconteció el pasado sábado 08 de septiembre del 2012.
Al menos yo, no veía el momento de hacer una ruta por la sierra. En esa semana  un insensato se llevó con su coche a Rafa por delante, habíamos comentado hacer algo especial, pero tal vez el incidente nos atenazó un tanto, así que no fue hasta el mismo  viernes cuando decidimos hacer una ruta por el parque de los alcornocales. Nos juntamos literalmente cuatro gastos. En Peguera, además de nuestros coches, sólo había otro más, con tres jerezanos que comenzaron a pedalear unos minutos antes que nosotros, eran del grupo “Me Temo lo Peor”, dos de ellos llevaban visiblemente estampado el dicho nombre en los maillots.
El parque a pesar del verano tan seco, estaba precioso, incluso en las primeras rampas te encontrabas  zonas de helechos que todavía conservaban sus tonos verdes.  El fuerte viento de levante hacía algo más que molestar en la subida. Como quiera que subimos con el corazón en un puño, pronto pillamos a los jerezanos, y no porque no estuvieran fuertes, que lo estaban de sobras, si no porque en principio querían tomárselo con, al menos,  más calma que nosotros. Pero una vez agrupados cualquiera los dejaba atrás. Total que el primer tramo de ascenso los hicimos a excelente ritmo con estos monstruos jerezanos y menos mal que coincidimos con ellos, que se conocían muy bien  los caminos, si no probablemente hubiéramos afeado la ruta, cogiendo el asfalto en el cruce del EVA 11, mientras que de la otra manera enlazamos con la carretera que une los puertos de Galiz y Picacho, muchos kilómetros más adelante. Una vez llegamos a la carretera, los “me temo lo peor” se descolgaron y es que no fue para menos.  Kike subió  como si estuviera llaneando y como los demás  intentamos seguirlo, al final llegamos al cruce donde comienza la ascensión al Aljibe lo suficientemente temprano como para plantearnos tocar cumbre. 
Ya sabemos que el ascenso al Aljibe, lo habían arreglado, que ya no estaba roto y todo lo demás. Pero los rampones siguen siendo los mismos, allí los descansos tienen un   16 % de desnivel y sólo duran unos metros,  lo normal es toparte con declives larguísimos de mucha más enjundia. A mí, al menos,  sus más de cuatro kilómetros se me hicieron durísimos. El sol a estas alturas pegaba de lo lindo, había verdaderos enjambres de moscas y lo peor, tábanos, que pecaban “bocaos”,  Ni el “tábano de Miramundo” ya sabéis a quien me refiero. Todavía luzco tres hermosos ronchones, uno  del tamaño de una moneda de diez duros en la espalda. Más que insectos   aquellos bichos parecían vampiros.  Como no podía ser de otro modo Kike volvió a despegarse. El resto en un racimo desperdigados por la subida, Manu a la caza, y Vito echando literalmente el hígado, con tal de tocar cima antes que yo y donde Luis Juan no paraba de quejarse, aunque eso sí, nunca nos perdió de vista.  Casi en la cima nos encontramos con una atleta que ya encaraba el descenso ¡Menudo mérito el del tipo! 
 
 A la hora de dar la vuelta es cuando realmente el ascenso adquiere su verdadera envergadura, los frenos rápido se calientan y la posición en la bici tiene que ser de claro descenso, pues si no,  fácil podías salir disparado por arriba. Aproveché la oportunidad para desde la cima, sacar unas fotos del horizonte, y de las soberbias vistas, en especial las del vecino pico Picacho. 

Otra vez en la carretera, había que aprovechar lo bien que íbamos de tiempo, así que nada de relajarse ni en el descenso, como  suele decirse  ¡Con tó metío!, asi hasta que la carretera se invirtió camino, esta vez del EVA 11. Luego en el cruce, en busca de la Peguera, gran parte era en  descenso pero hubo también que volver a subir cuestas. Kike que se había marcado los hasta ahora 70 km como un toro recibió una inesperada visita del Tio del Mazo, evidentemente no lo dejó KO, porque Kike es mucho Kike, eso si no le quedó más remedio que reservarse y pedalear con moderación en retaguardia. El cielo estaba límpido de nubes, el sol bien arriba, permitía reflejar un azul espectacular, las vistas eran tan maravillosas que nos vimos en la necesidad de parar para hacernos unas fotos, entre ellas estas que evidencian  el buen ambiente y las ganas de chufleo que siempre nos acompañan, máxime si Vito está por medio:
 
Tras la pausa, algunos bien hubieran querido que nos lo tomáramos con más calma, pero desafortunadamente para ellos no fue así, porque otros, sobre todo  Rumanu, era ahora cuando mejor nos sentíamos. Así que ahora tú, ahora yo, y después el otro,  sucedió lo de siempre, que viene a ser que  no sólo  disfrutamos de la vistas y el entorno, hubo tiempo también de disfrutar del estado de forma.
 

Después y ya en el ultimo descenso hacia Peguera, que algunos para variar, hicieron disparados, detuve la bicicleta y sólo rodeado de los sonidos de la  naturaleza saqué  fotos como estas.
 

 
Al final 85 km de alta  montaña, completados a buen ritmo, con humor y risas de  por medio y con estos cuatro monstruos de la bicicleta, que son Manu (Rumanu), Vito (Victorovich), Luis (Cardiaco) y Kike (así sin más pues por Enrique no lo conoce ni su madre). 
 
Poco después nos detuvimos en la Palmosa a recuperarnos del esfuerzo y como no, adiestrados por años de experiencia, nada mejor que una buena cruzcampina para ello.
Ahora resulta que hay hasta estudios científicos que corroboran, que el consumo de cerveza tras el ejercicio físico intenso es bueno. Tampoco es una novedad, a veces los estudios científicos son como los resultados estadísticos, que vienen a concluir en lo que ya todo el mundo sabe. Que les pregunten a los constructores de pirámides, los egipcios ya sabían que el mejor recuperador era la cerveza, por eso la convirtieron en su bebida fetiche y de aquello hace miles de años. Aunque en honor a la verdad, todo hay que decirlo, la cerveza del antiguo Egipto, difería mucho de la nuestra, llegaba a ser tan espesa, que más que beberse se comía, tal si fuera nuestro actual salmorejo. Esto nos lleva a la siguiente reflexión, si tan buen recuperador es la cerveza, y si la misma se puede elaborar hasta convertirla en un alimento sólido, no vendría mal hacer barritas energéticas de cerveza. ¡Quién sabe! tal vez, podría resultar el invento del siglo.

domingo, 29 de abril de 2012

I CICLOTURISTA CONIL DE LA FRONTERA-UN PEQUEÑO HOMENAJE







 Si este blog se hubiera titulado Crónicas de Dani en vez de Charlie, a nadie le hubiera extrañado. Pues además de haber comentado todas y cada una de las crónicas  aquí relatadas,  Francisco Daniel, alias Danieolovic, prácticamente en todas florece como indiscutible protagonista.
Estamos hablando de un  ciclista de aspecto germano, aunque de alemán sólo tiene el  envoltorio, por dentro es cañailla de pura cepa, además  de un barrio castizo. Le gusta más una cervecita que a mí, que ya es decir. Indiscutible compañero de fatigas,  amigo de sus amigos.  Ferviente y apasionado  cañasbike. En definitiva, buen tío.
En los años 90, cuando Dani era un verdadero pibito,  se codeó con la élite provincial en el ciclismo de carretera.  Por eso, si para la mayoría de nosotros la bicicleta significa mucho, tanto como una forma de vida, en el caso de Dani las dos ruedas adquieren, si cabe, todavía mayor significado. Una vez me dijo esto “ a este deporte siempre lo ame ,lo amare y estaré siempre  muy unido a él, ya sea de una forma u otra,"
Cuando les conocí, Dani y Manu llevaban un tiempo practicando BTT. Ambos en solitario,  ya se habían rodado muchos caminos de la provincia, yo todavía no había salido de las cañadas o del corredor verde dos Bahías. Era el tiempo de las KTM, la época en la que el  tendero de marras hacía las cosas bien. Ertiti, Tomas,  por esas casualidades de la vida nos reunió en una ruta por el parque natural de las Breñas, fue la primera vez que salíamos con los cañabike, recuerdo que a Magabe le entró una enorme fatiga estomacal y tuvo que regresar al poco de la salida, de eso hace ya casi cuatro años. Desde aquella, los tres continuamos saliendo con el grupo  de forma habitual. Y por supuesto, todo lo que después haría en la bicicleta, lo haya sido de mucha, de poca o de mediocre importancia, siempre fue junto a estos dos monstruos, Dani y Manu. 
 
Los tres crecimos en la bicicleta, por descontado yo siempre el último y a remolque, pero nunca me dejaron atrás, o lo que es lo mismo, nunca me dejaron en la estacada. Por eso, precisamente,  que he rodado mucho junto a Dani, conozco de primera mano sus enormes cualidades ciclistas. Sabía que cultivándolas podría llegar a donde quisiera.  A los tres siempre nos gustó medirnos en cicloturistas, carreras e incluso en rallyes. Porque, para nosotros, de eso se trata, de buscar siempre el límite, para luego darte cuenta de  que, gente así,  nunca lo encontraremos.
Dani  en su juventud había gozado estando en lo más alto; por eso en todas y cada una de las competiciones que participó de adulto, le gustaba  probarse dándose cabezazos arriba, cuanto más mejor. Y si no estaba más alto, era porque le faltaba no sólo entrenamiento, también metodología.
La temporada pasada fueron los entrenos programados con su binomio, nuestro buen amigo Modesto.  Finalizaba  el año con una  enorme alegría, el embarazo de Paola. Así que enormemente motivado buscó tiempo y consejo del maestro Estrada.  Comenzó el año 2012 con el viento a favor, se convirtió en un alumno totalmente  disciplinado, si había que entrenar de noche, se entrenaba, si antes de que despuntara el sol, pues viendo amanecer en la burra, si ahora tocaba gimnasio, se hacían las series. Si ahora tocaba Rally en Trebujena, se iba para allá. Sólo compromisos laborales o lesiones podían impedir, que  acudiera a una de estas citas. Y siempre, cada vez un peldaño más cerca.
Concluido el primer trimestre del año, un compañero de trabajo se negó a cambiarle el turno para poder asistir a la Maratón de Olvera, así que la fecha 29/04/2012 la había grabado a fuego en su personal calendario a modo de premio de consolación. Era la primera cicloturista que el Club Ciclista de Conil de la Frontera organizaba y como quiera la misma anunciaba un tramo libre competitivo, desde un principio Dani tomo nota del mismo: ¡Allí voy a ir a darme un calentón de los buenos! ¡Me pienso desquitar por no poder ir a Navalagrulla!
No sé porque, pero entre los cañasbike la cicloturista de Conil había despertado muy poco interés. Sólo parecía que iban a asistir Dani y su primo, el sempiterno Vicentini. Pero cuando quiere, Danielovic, puede llegar a ser muy persuasivo, lo suficiente como para lograr convencernos a Rafa y a mí para que le acompañáramos en esta deriva. Debido a la lesión  de Vicente (en la maratón de Puerto Real)  su dorsal fue cedido a Chechu, quien también estaba por la labor de pelearse en el tramo libre.

Durante toda la semana de la cicloturista hubo agua y las previsiones para el día clave eran nefastas. Aún así el calendario estaba tan copado que no existía posibilidad de traslado. La organización anunciaba que aunque el cielo se cayera sobre sus cabezas la cicloturista se iba a celebrar. El viernes 27 hubo agua, pero cuatro gotas comparadas con la tormenta que se desató el sábado. Era imposible que los caminos pudieran absorber semejante cantidad de agua en unas horas, máxime si el sol no salía, así que esa fue la tónica de todo el recorrido. Arena, fango, charcos y más charcos, lluvia e incluso granizo. Lo más adecuado para destrozar la transmisión de la bici y consumir pastillas de frenos. Pero bueno  mal que bien, se fueron vadeando charcos y casi pantanos, fango por un tubo pegándose no sólo al cuadro, si no también a la transmisión.
En cabeza se rodaba fuerte, los de la organización, que dirigían el cotarro, imprimieron un ritmo, suficiente, para que a las primeras de cambio, se rompiera el pelotón en pedazos. Yo me dediqué a merodear entre la gente dedicándome a sacarle fotos a conocidos y desconocidos, estuvieran en cabeza de carrera, en medio o desperdigados.  Eso me valió el que me diera más de unos cuantos calentemos que luego pagaría con creces.
En plena pedanía de “El Colorado” había que detenerse para el avituallamiento y como punto de reunificación del grupo. Allí, aparte de comenzar a coger frio, nos hicimos unas cuantas fotos. Para colmo de males comenzó a chispear. Cuando retomamos el camino, lo hicimos, la mayoría, enfundados en los chusbasqueros. Cruzamos la nacional por el subtarreo y nos fueron derivando a una zona de carrileo por detrás de la Lobita. Allí ya comenzaron a quitárseme las ganas de sacar la cámara. Más de uno me preguntaba que si ya no sacaba fotos, y literalmente le contestaba… de fotos estoy hasta… y es que entre el fango y la lluvia no estaba para mucho cachondeito, pues no en vano, hoy estrenaba casi la transmisión completa de la burra, y cada vez que le echaba un vistazo se me caía el alma al suelo.

Así hasta que la carrera se detuvo donde comenzaba el tramo neutralizado. Por casualidad me vi literalmente en primera fila, codeándome con los que iban a competir. Bernardo y Chechu los primeros, dispuestos a salir volando, en tercera fila Dani, aparentemente tranquilo, aunque por dentro estaba que se salía, muy cerca Rafa, dispuesto también a salir escopetado. Continuaba chispeando, por delante un camino de albero sembrado de charcos, algunos enormes.
Cuando se dio la salida, la gente irrumpió esprintando como si la meta estuviera a cien metros. Contagiado del ambiente salí igual de lanzado. Vino un primer charco y allí nadie se apartó. Pasamos por encima con semejante ímpetu que se levantaron verdaderas olas.  Rápido se formó un grupo que se fue alejando poco a poco de mi  vista. Viendo que no me valía la pena darme ningún calentón, me fui dejando ir. Poco a poco me fueron rebasando un goteo de corredores.
El grupo de cabeza ahora se había divido en dos, y en el primero  había no sólo logrado situarse Dani, también estaba Chechu. En esos momentos todo pasó por su mente ¡Estoy aquí! ¡Tengo las piernas y el coco para estar aquí! ¡De esta llego con los máquinas a meta! eso fue lo que se prometió. 
Avanzando, uno de los compañeros, precisamente de Conil, perdió la trazada y terminó reboleandose por el suelo. Por fortuna sólo moratones. En un segundo grupo Rafa se mantenía y por mucho que apretaran el ritmo, toda posibilidad de contactar con los escapados resultó tarea imposible.
 

La meta se vislumbraba  cercana y Dani, allí estaba, codeándose con el chiclanero Butrón que a duras penas si le llevaba una rueda de ventaja. 
 
Apretó entonces los dientes, se encomendó a todos los santos y santas, en centésismas de segundo,  todo pasó por su mente y en una pedalada de verdadero esprínter logró su objetivo, el primer de muchos. Francisco Daniel Gomez Domínguez  había ganado el tramo libre. 
Imaginad, vosotros que los conocéis, el estado de entusiasmo por no decir de éxtasis de nuestro compañero cañasbike.
Ya no importaba nada, no importaba que nuestras  bicicletas estuvieran hechas una mierda, que nos tuviéramos que bañar en agua fría, que tuviéramos que esperar una cola interminable para quitarle algo de fango a la pobres burras. Dani había ganado.
Era la primera vez, desde que un cañasbike, federado como tal,  se subía al pódium, máxime como vencedor absoluto. Cómo le diría después, eso nadie te lo podrá quitar, afortunadamente hay calidad en el grupo para que se logren grandes cosas en el futuro, pero nadie te podrá quitar el mérito de haber sido el primero.  Esto por supuesto con permiso de nuestro Pichurrin, Chechu cuyos méritos sin duda cuentan, pero dado que han sido compartidos, cuentan, al menos de otro modo.
 
Luego llegó el momento de subir al escenario. Dani estaba tan nervioso que quería que subiéramos con él Rafa y yo, junto a Javi Morenito no paramos de reírnos hasta que por fin llegó el momento.
Este es un deporte complicado, supongo que como todos los deportes.  Además es un deporte competitivo y la mayoría de nosotros lo practicamos de ese modo. El talento se expresa de diversos modos, a veces no  basta con llegar el primero, la autoestima del ciclista puede verse más que satisfecha demostrando una mayor técnica en su progresión o por el simple hecho de mantenerse ahí. Lo cierto es que la competitividad no es sola sana, es la esencia de este deporte. El pique con los amigos por el simple pique puede convertirse en la razón de ser.  Siendo esto enormemente cierto existen muchas maneras de expresar la competitividad. Dar el golpe de gracia al que pedalea a tu lado, puede hacerse de una forma vulgar, algunos en esto, demuestran una  pedantería que raya la mala educación. Sin embargo en Dani nunca advertirás ese comportamiento.  El, cuando pedalea a tu lado, hace las cosas con enorme elegancia. Si tiene que dejarte atrás,   por descontado, lo hace, aunque sea en una salida dominguera. Pero Dani  hace las cosas de semejante modo, que  el intimado no se siente nunca humillado, y eso es así, porque él a diferencia de otros, no pretende avasallar a nadie. Queda claro que el ciclismo, practicado a nuestro nivel,   no deja de ser un deporte competitivo, pero  también de gestos, y en el caso de Dani, yo sólo se los he visto buenos.  Por fortuna, siendo destacables estas cualidades, dichosamente  no son excepción. Este tipo de gestos  siempre se observan en los mejores, me vienen a la memoria, mucho nombres, pero no voy a nombrar a ninguno, sólo insistir en que, por fortuna, son muchos.
Dani aquí concluye la crónica de tu primera victoria,  aquí también lo que ha pretendido ser un pequeño homenaje a tu persona.
 

sábado, 24 de marzo de 2012

UN FIN DE SEMANA MAS QUE COMPLETO 24 Y 25 DE MARZO 2012

VI DESAFIO BTT SIERRA DE AZNALCOLLAR

A Aznalcollar íbamos dos furgonetas, en la primera sólo cañasbike, la de Manu, además de él mismo, Victor, Pablo y yo. En la segunda tres Teleras, los hermanos Tey Rosendo y Ruben, creo que Jose Luis, y un cañasbike Sergio.

Manu se había acoplado a última hora gracias a que Vicentini le cedió su dorsal pues problemas laborales le impidieron acudir a la cita. Manu tenía muy malos recuerdos de la maratón del año pasado, llego a meta hecho un puro calambre, hubo hasta que ayudarle a bajar de la bici, no tenía muchos ánimos de repetir experiencia, pero en el Rally de Trebujena se sintió tan a gusto que cuando Vicente le cedió su plaza no dudo en aceptarla.

Dos días antes, en el foro, Víctor había dicho que se encontraba pletórico de forma y de ánimos, prometía ir literalmente a por todas. Valiosa y notable, la autoestima de la que goza nuestra promesa cañabike. Menudo máquina, y es que no hace mucho, hay que tener en cuenta, este verdadero deportista de alto nivel se codeaba con la élite europea del atletismo. Ahora le ha dado por las bielas y sin duda, le ha dado muy fuerte. Atentos a este canijo de verbo fácil y acento indiscutible, seguro que lo vamos a ver muy alto.

Pablo iba a probarse, tal vez como todos, y que mejor sitio para ello que Aznalcollar. A pesar de no ser muy disciplinado y por circunstancias que no vienen al caso, lo cierto, nuestro Pablo se había visto entrenando como nunca antes en su vida. Series de infarto y tiempo para hacerlas, han situado a nuestro tesorero en un excelente estado de forma, lo suficiente como para verse soplándole en la nuca hasta a Isaac y eso, os aseguro, son palabras mayores.

Sergio, está fino, pero fino de verdad. Además de su juventud goza de unas cualidades excepcionales y de desenvuelve a las mil maravillas en cualquier terreno, en especial subiendo. El sale desde Cádiz, así que como el resto de gaditanos, se ve obligado a hacerse 15 o 20 Km más que el resto de cañas. Pero Stiri, lo hace sin problemas y la mayoría de las veces en solitario y a buen ritmo, tal vez por eso se mantiene en un excelente estado de forma y en una indiscutible progresión aritmética.

Los “bro”, como gustan de llamarse los hermanos Tey, allí estaban, del mayor se podría decir aquello de “Quien te ha visto y quién te ve” y es que Rosendo en poco más de un año no sólo ha cambiado de bicicletas, a cambiado de perspectiva y en consecuencia no le asusta absolutamente nada y todo lo prueba. El triatleta de su hermano, Rubén, pues eso, un verdadero campeón se ponga donde se ponga y si ahora toca maratón de btt, pues a ello, que mañana me preparo la Titán.

En la cuneta se nos había quedado Dani, el treintañero más recalcitrante de los cañasbike, con indudables dotes
ciclistas, pedaleo fácil, de pulsaciones aceleradas y aspecto germano, aquel que le escucharás pensamientos tan profundos como este: ¡Todos deberíamos creer en algo, yo creo que tomaré otra cerveza! Danielobic era tal vez, quien más ganas tenía de acudir a Aznalcollar, pues estaba disfrutando de excelentes sensaciones en los rallys del mes de marzo y en consecuencia, estaba dispuesto a ir a por todas.

Pero una mala postura o un esfuerzo inadecuado en el gimnasio acabaron con truncar sus ilusiones. Literalmente el sábado y desde primeras horas de la mañana, Dani se comía hasta la uñas. Durante la noche y en sueños hizo Aznalcollar por lo menos dos veces.

Ambas furgonetas llegamos no muy temprano al pueblo. Se veían muy buenas máquinas, mucho nivel, tanto que impresionaba. La mañana comenzaba a prometer, muchos beteteros calentaban motores, nosotros teníamos que recoger los dorsales, así que nos pusimos en la cola y en vez de esperar religiosamente, viendo lo larga que era, nos fuimos a desayunar. Cañas y Teleras recogimos los dorsales casi de los últimos, por lo que el resto os lo podéis imaginar, ni un jodido estiramiento. La salida estaba prevista a las 09:00 y a esa hora todavía estábamos enganchando los dorsales al manillar. Con semejante “cuajo” nos fuimos hacia el cajón de salida, me encontré entonces a Perico Iglesias de los Figuras de Bárbate, charlaba con él como si tal cosa hasta que un espectador nos dice ¿Vosotros que sois, los de la segunda vuelta? ¡Joder! Habían dado ya la salida. Dejé con la palabra en la boca a mi amigo Perico y me lancé al ataque de los rezagados. Los cañas comenzamos a adelantar posiciones y en el pueblo primero y en la carretera después, algo se logró, pero de cualquier modo hay que ser torpes, todavía quedaban por delante casi cuatrocientos tíos. Pablo se me despistó a las primeras de cambio y allí se fue en solitario, con Manu estuve rodando un rato, hasta que en el descenso en carretera, como no, me fue ganando terreno hasta que lo perdí de vista. Poco después se encaraban los primeros toboganes de tierra suelta, la gente comenzaba a apearse, en un buen repecho me adelantan Victor y Sergio que iban con muy buena cadencia, los dejo ir, yo a mi ritmo y mirando el pulsómetro.

Los 20 o 30 primeros kilómetros, fui ganando posiciones de una manera constante, pero también me iba uniendo a corredores que no iban mal, así que utilizaba sus ruedas. Ya habría tiempo de dejarlos atrás, ahora tocaba usar la cabeza, algo que nunca había hecho en una carrera, usar las pocas neuronas, libres de contaminación, que aún me quedan. Iba bien, pero tampoco para lanzar las campanas al vuelo, y tampoco las pulsaciones eran muy bajas, más bien todo lo contrario.

Al frente se vislumbra un enorme repechón viejo conocido, observo como casi todos los corredores lo suben perezosamente caminando, tal cual me sucediera a mí el año pasado. Me prometí intentarlo hasta donde pudiera, y primera satisfacción del día, lo consumo sin demasiado esfuerzo. ¡Esto pinta muy bien! Toca ahora una zona de toboganes, pero con tendencia al descenso que permite reponer fuerzas y latidos. Luego otro puerto de los largos con un desnivel mantenido que en la cima concluye con el desdoble de la ruta, a la izquierda tramo alternativo y a la derecha la ruta competitiva. Comenzaba a chispear y el juez tomaba nota de los dorsales resguardado en una furgoneta blanca. En el segundo avituallamiento me detengo sólo el tiempo necesario para pillar una barrita y un gel que me ofrece un voluntario. Tomo ambas cosas y las dos me sientan de maravilla. Me sorprende que encuentre a tan poca gente y que las distancias entre corredores fuera tan grande, aún así sospechaba que iba bastante bien de tiempo, al menos con respecto a otros años, por lo que me permití incrementar un poco el ritmo.


La temperatura era excelente y la llovizna había conseguido asentar el polvo de los caminos sevillanos, que este año estaban especialmente secos. La lluvia comenzó a apretar con más fuerza, así que totalmente encharcadas no me quedó más remedio que quitarme las gafas graduadas, algo que echaría de menos en todas las bajadas que todavía me quedaban por completar.

De vez en cuando echaba un vistazo al pulsómetro y a pesar del buen ritmo las pulsaciones se mantenían a buen nivel, para colmo de bienes, ni atisbo de calambre. Cada vez me sentía mejor, una sensación un tanto extraña para alguien, acostumbrado como yo a sufrir y sufrir como un condenado encima de la burra. Pero hoy todo parecía ser al revés.

Tras una largo descenso cuando la pendiente se invierte, me topo con algunos corredores, alguno incluso andando. Todos moviendo molinillo perezosamente. Yo a pesar de los kilómetros y el cansancio puedo mover el mediano sin problemas, así que en la cuesta me llevo por delante a toda la gente que se había acumulado en la pendiente. Eso redobla los ánimos y viendo el tiempo que llevaba encima de la bici me planteo por primera vez como posible el parar el cronómetro por debajo de las cuatro horas. El terreno ahora permitía rodar a muy buen ritmo, así que siempre que podía, ya fuera en descenso o en llano, metía el plato grande y cogía altas velocidades. De vez en cuando adelantaba a algún despistado, no sé, si de la ruta larga o la alternativa. En un tramo relativamente llano, eché mano de un segundo gel, este de los míos, cuando me estaba empleando en ello, un fibroso y joven corredor apareció tras de mí como salido de la nada. ¡Coño, me has asustao! Así de zumbando llegó y así se fue. Y aunque no logré pillarlo tampoco yo iba nada despacio.

Cuando la carrera vuelve a discurrir por la carretera de El Alamo, la misma por donde comenzara, sabía que la meta estaba muy próxima. Bajar de las cuatro horas era más que posible. Nos desvían ahora a la derecha, por el mismo sitio que el año pasado, una trialera similar al cauce de un arroyo seco en la que cuatro o cinco compañeros se emplean en subir caminando. ¡Yo de aquí no me bajo hasta llegar a meta! Me dije a mi mismo al tiempo que un trío de espectadores me animan. Fui cogiendo una mala trazada y cuanto más se inclinaba aquello, mas intransitable parecía, pero hoy sin duda era mi día, levanté como pude la rueda delantera, aullé con rabia, sorteé varios obstáculos, un par de veces estuve a pique de caer, pero lo dicho, hubo suerte hasta para eso. Un compañero que iban delante hasta se detuvo para dejarme paso. Le agradecí la cortesía con un sencillo gracias. El año pasado me resigné a subir por allí empujando la burra tras un enorme calambrazo en los cruadiceps.

Poco después Aznalcollar a tiro de piedra, un rodeo por las afueras del pueblo e incluso tiempo para adelantar unas cuantas posiciones. Entrando en meta me sucedería lo contrario que a la mayoría de mis compañeros, había bastante gente y sobre todo los cuatros Cañasbike que me precedieron gritando mi nombre. Al verlos gran abrazo y sorpresa por el carreron que nos habíamos marcado el tiempo se detuvo por debajo de las cuatro horas, lo había logrado.

Todos estábamos pletóricos, en especial los cuarentones, Victor satisfecho pero tal vez por falta de picardía, no se vio donde a él le hubiera gustado, que es más arriba, pero a fin de cuentas es su segunda maratón, así que tiempo habrá de ver a este verdadero atleta muy arriba, que seguro va a ser su posición natural. Stiri, como quien no hubiera hecho nada comentaba con humildad su tiempo, poco más de tres horas y media, casi el mismo que Chechu en la edición del 2011, excelente carrera la de Sergio. Hacen falta muchas cosas para encajarse entre los cien primeros de una carrera puntuable para el ranking andaluz y el provincial de Sevilla, allí había mucha calidad y los tiempos lo atestiguan, así que muy bien por Stiri, nos descubrimos ante ti.

Rumanu tenía una sonrisa de oreja a oreja, decía en voz alta: ¡Y yo era el que decía que no le gustaba esta carrera!

Y es que a pesar de ser el mismo recorrido que el año pasado, tanto para él como para mi, había sido una totalmente distinta, por parecer nos había resultado hasta sencilla y eso a pesar de su perfil.

Pablo estaba a la par de feliz, lo peor es que se había pegado un “jardazo” de los buenos. Se emocionó tanto bajando una cuesta que no logró coger bien la trazada de una curva y allí fue a rebolear sus huesos de tonadillero gaditano.

Lo más llamativo era el corte que se había hecho en la rodilla derecha, un corte no muy profundo, pero sí, bastante grande, 4 o 5 cm. ¡Bueno luego iremos a que te vean eso! le dijimos, pero de momento ni él, ni ninguno de nosotros estábamos para otra urgencia que soltar las bicis y darnos un merecido baño. Y eso fue lo que hicimos, una baño de repelente agua fría, algo que sólo se agradece en los meses de verano, pero desde luego no en pleno mes de marzo y en un día de lluvia, pero bueno, había que quitarse la roña si o si.

Tras el aseo a Pablo se lo llevó una de la organización para que le vieran la herida, nosotros nos pusimos en la cola del almuerzo, lo que resultó una larga espera. Hablamos con Dani y con Ivan, quienes nos contaron las evoluciones de nuestros cañas y demás amigos en el Rally de la Barca de la Florida. A Ivan se le había atragantado el rally en la primera vuelta y decidió retirarse. ¡Animo Ivan! No se puede estar en todas al nivel que te gustaría estar. Chechu hizo el recorrido con una bicicleta prestada, una KTM doble que no era de su talla y que tampoco cambiaba muy bien, acabó hasta estampándose contra un espectador. Sin duda no fue este su mejor rally. Rafa había disfrutado de este trazado mucho más que el de Trebujena, no en vano el mismo transcurría por carriles entre vegetación y tampoco era tan técnica. Viendo como se desenvuelve en los rallys cualquiera hubiera adivinado que no hace mucho Zapacaba, también era conocido como máster de los calambres. María, su hija, terminó en el mismo puesto que en Trebujena. Ambos, en consecuencia, muy felices y contentos. Pablo me comentó después que el Club Cañasbike debería plantearse muy seriamente esponsorizar a nuestra joven promesa Maria.

Javier Estrada se subió al pódium como el primero de su categoría Elite y entrando segundo en la general tras un descomunal campeón de España de sub23. Ver a estos dos maquinas partirse la cara en las cuestas, me explicó Dani después, fue uno de los mayores espectáculos que jamás ha visto en una carrera, y me lo creo a pies juntillas, tuvo que ser la ostia, en Chiclana no lo pienso perder.

Cuando llegó Pablo todavía seguíamos en la cola, el resultado fueron 8 o 10 puntos de sutura, un vendaje y unos cuantos ibuprofenos. De cualquier modo y en los días siguientes, lo que verdaderamente molestaría sería el hombro, el costado e incluso la zona abdominal, nada que unos días de merecido descanso no puedan remediar.

Sergio esperó religiosamente a que Rosendo y Ruben alcanzaran a meta. Los hermanos habían llegado a la salida incluso más tarde que nosotros, a Ruben no le dio tiempo ni de engrasar la cadena y cuando asomaron las primeras cuestas destrozó un eslabón. No llevaba clips ni nada para reparar el desaguisado, pero por fortuna llegó su hermano que si tenía un tronchacadenas, por lo que lograron reparar la cadena aunque mientras tanto habían perdido un montón de tiempo. Felices y de esta guisa remataron la faena:

Después de comer unos deliciosos garbanzos y unos filetes de lomo cocinados por la asociación de amas de casa de Aznalcollar, comenzó a llover, así que decidimos marchas y no quedamos para los sorteos. Mejor salir pitando para nuestra Isla. En la vuelta además de comentar y repetir cada una de nuestras carreras, mis tres acompañantes me dieron toda suerte de clases magistrales sobre juegos de la Play Station II. ¡Menuda, la que me dieron!

En definitiva esta ha sido para muchos de nosotros nuestra mejor maratón, para mí desde luego. Sólo favorables impresiones, ningún calambre, y la sensación de haber podido hacer todavía más de lo realizado. En verdad que cuando se siembra se suelen obtener frutos, y es que no hay nada mejor que entrenar para estar donde uno quiere. Gracias por ello al maestro y mentor de algunos de nosotros, Javier Estrada, quien precisamente ese mimo día subía a lo más alto de pódium, como el campeón que siempre ha sido y siempre será.

Estos fueron nuestros tiempos:

PUESTO PUESTO

GENERAL NOMBRE TIEMPO CATEGORIA CATEGORIA

95 SERGIO 3:37 M 30 42

119 MANU 3:42 M 40 22

132 VICTOR 3:46 ELITE 33

160 PABLO 3:53 M 40 31

164 CARLOS 3:54 M 40 34

241 ROSENDO 4:57 M 40 56

242 RUBEN 4:57 M 30 114

VIII HOMENAJE A LOS 101 KMS DE LA LEGION

Del Homenaje merecen todos una sincera enhorabuena, si bien de ellos hay que destacar la faena de Juan, que como tal “Empecinado”, logró acabar en una meritoria 160 posición, con un tiempo de 3:45 horas, después de haber dispuesto durante toda la carrera, de unas inmejorables sensaciones y habiendo controlado tanto los calambres como las pulsaciones.


El debutante Jose Luis Galvin, más conocido como “El canijo”, pues hubo un tiempo que dice haber estado en los huesos, nos dejó este emotivo relato sobre su experiencia en la cicloturista de Ronda. Estas son sus palabras:

Para mí el día comienza a las 4:00 de la mañana, me vienen los nervios y no puedo dormir mas, me levanto, desayuno bien y a esperar hasta las 5:45 que quedo con un colega para tirar hacía Ronda, Paco me dijo que finalmente no podía venir.


A las 6:00 montamos las bicis en el coche y dirección Ronda, los nervios me están comiendo.
Una vez en Ronda llamo a Lolo para avisarle de que ya había llegado, me dice que a la 8:30 tiraban para allá.


Cuando fuimos a recoger el dorsal me encuentro con Juan (Elitri) me tomo otro cafelito en la misma recta de salida y nos vamos a vestirnos de romano. A las 9:00 Lolo que no aparece, lo vuelvo a llamar, por suerte ya estaban aparcando y es que ya me estaba asustando. Nos metemos mi colega y yo en la salida y a eso que veo a Ruben, a quien en un principio no reconocí. Comenzamos la salida, con gracia y ganas de reír, los 5 juntos, comentábamos que Elitri estaría pegándose cabezazos de los primeros y al parecer no nos equivocamos mucho je, je, je.
Los primero kms fáciles, sin problemas, muchas paradas por el tipo de terreno ya que no somos tan profesionales como para bajar esas paredes. Yo me quedé un poco atrás y nos topamos con Javi que había pinchado, le lleno la cámara de repuesto y lo dejo allí a que termine de arreglarla, sabía que me pronto me cogería. Pasamos un río en el km 33 aproximadamente y ahí fue cuando la pierna derecha me pegó el mayor calambrazo de mi vida, no lo entendí ya que iba pedaleando bien sin problemas, e incluso adelantando puestos. No me quedó más remedio que parar y estirar un poco. Continué pero solo un par de kilómetros, en el 35 no me quedó más remedio que volver a parar, la pierna me estaba matando, no pude soltar la cala izquierda que es la que siempre apoyo, y saqué la derecha a los justo, ya que no la podía ni mover. Quería bajarme de la bici pero no tenía cojones de soltar el pié izquierdo, dos compañeros me ven y me ayudan quitándome la zapatilla. Mala noticia, se me había perdido un tornillo de la cala, acabé por quitársela. Mientras tanto me tiré al suelo mientras estos dos compañeros me estiran las piernas. Evidentemente me adelanta un montón de gente, mientras estoy allí, entre ellos Javi que aparece y que me dice que había pinchado de nuevo. Me dispongo a seguir con el pié izquierdo sin cala ¡qué jodidos se me hicieron los kms restantes!


Sin embargo una vez subido en la bici mi mentalidad cambió por completo. Incluso llegué a extrañarme. Me convencí de que mis piernas, esta vez, no iban a ganarle a la cabeza. Así que a cada calambrazo que me daba, más fuerza imprimía en las bielas. Así las cosas rebasé a mucha gente y durante unos buenos kilómetros me vi pedaleando sólo. Alcancé a mi colega, que también estaba acalambrado, pero lo dejé atrás, no me podía parar, estaba muy motivado, algo me decía que llegaría en condiciones, aunque fuera con calambres, que es como estaba.
De repente alrededor del kilómetro 50 aparece el asma. Un pequeño ataque que consigo quitarme con “ventolin”, madre mía con el “ventolin”, si lo se me lo tomo antes. Esto debe ser algo así como el dopaje, pues de repente me comía todo lo que me pusieran por delante. Eran los últimos 15 kms y precisamente fue allí donde más disfruté. Pues cuando bajaba, lo hacía disparado, aunque eso sí, por llevar el pié suelto no podía tirar como me hubiera gustado. Antes de llegar a la cuesta de la “ermita” me encuentro con un grupo que iba cantando. ¡Aún tenéis ganas de cantar chiquillo! Y ellos que me contestan ¡Si aún no hemos terminado, ahora queda una cuesta que la llamamos el postre!
La verdad no sabía muy bien como encajar aquellas palabras, pero lo cierto continué con ellos, hasta que efectivamente llegamos al postre. ¡Ofú, chiquillo! y ellos dale que te pego, ¡Vamos que la subieron cantando!
Una vez arriba y al ver que estaba en la recta final, me dio un subido increíble. Me puse de pié y metí un sprin de mil demonios. Bueno, no se si sería para tanto, pero, al menos, a mi me lo pareció.
Allí ya estaban Lolo y Miguel para animarme y después lo más bonito, cuando me dieron la medalla y aquella mujer me dio la ENHORABUENA, así con mayúsculas. Le di las gracias con los ojos llorosos, me sentía plenamente satisfecho, al final como había prometido, la cabeza había logrado ganar a mi destrozadas piernas.

Un 10 para la organización, agua y comida cada pocos kms, y los ciclistas fantásticos al menos los de atrás.

III ENDURO MTB “EL CALVARIO” ARCOS DE LA FRONTERA

Al día siguiente, domingo, el incombustible Iván tiraba para la Sierra a vérselas con la 3ª Enduro MTB, conocida como “El calvario”. Una prueba no competitiva organizada por nuestro buen amigo Tapeo y el resto de amigos de la Asociación Ciclista Arcense. Nos hubiera gustado que la delegación Cañasbike hubiera sido más amplia, pero bueno no se puede estar en todos sitios, y a fin de cuentas nadie mejor que Iván para representarnos.

En este video podéis ver lo mal que se lo pasaron:

http://www.youtube.com/watch?v=sTcwFf7HktM&feature=player_embedded