Libro de Visitas

sábado, 27 de febrero de 2010

27-02-2010 En las Breñas con los Figuras CRONICA DE LA SALIDA SABADERA

Supongo que a todos nos hubiera gustado rodar con los Montanbay, pero hoy el destino nos tenía preparada otra compañía.
En la VV, sólo aparecimos el Manu, Ivan y yo, después de meter las burras en la furgo y esperar un buen rato, viendo que no venía nuestro benjamín, le pegamos un toque al móvil. Nuestro Santos se había “quedao estroncao” tras una noche de trasnoche y, al parecer y según las malas lenguas, de carne trémula. Aún así, el José Santos, tiene cuerpo para eso y para mucho más, no quiere perderse ni una. Nos pidió un poco de comprensión y como quiera que aceptamos fuimos a buscarlo hasta su casa.
Ya los cuatro, metidos en fregado, comenzamos a encarar las primeras pendientes de Las Breñas ante un firme inusitadamente firme. El albero estaba perfectamente pegado al suelo, parecía como si una apisonadora hubiera pasado por allí, sólo un charcho en el camino. Desde luego nada similar a lo que estamos acostumbrados, así da gusto entrenar y no en nuestras cañadas. Pronto nos vimos encarando los primeros metros de la subida a la antena, cuando por nuestro flaco izquierdo aparece un biker, lo reconozco como el Rompemuros, paramos a saludarlo y tras él otro, otro, otro más y, cómo no, toda la ristra habitual de “los figuras”, ya sabéis, el Gregorio, el Andres, etc. Como quiera que nos caemos tan en gracia, pues ellos que cambian su ruta inicial, deshacen el camino y nos proponen una rutita por sitios bien sequitos, pero también buenos para entrenar. A partir de ahí, ya os lo podéis imaginar, largas rodadas por arena semicompacta que te pone las piernas como ladrillos, rodar por en medio del pinar sin seguir un camino predeterminado, pues sencillamente no hay camino. Así un buen montón de kilómetros hasta que el grupo se vuelve a compactar. Después la habitual, fuerte y larga subida que dispara las pulsaciones de todo el mundo, bueno de casi todos, pues arriba mientras la mayoría tomabamos respiro, nuestro Ivan hacía el cabra, intentando subir por el imposible. Luego otra subida, con tramos técnicos, que nos devuelve a la antena por su cara sur y de ahí buscando un cortafuegos hasta el mirador del faro donde paramos a penas un minuto para que el grupo se reagrupe.
Luego venga una bajada compleja, que no complicada, porque transcurre en medio del pinar, donde a duras penas si se vislumbra camino alguno, te agachas con frecuencia, rozando las ramas bajas de los pinos jóvenes, si no estas atento, puedes llevarte un sustito. Después la ruta transcurre por sitios inéditos, al menos para mí; un paraje precioso por un camino estrecho donde cogemos buenas velocidades y donde el grupo se descompone en función de las fuerzas y de las ganas de gastarlas. Llegamos casi al Puerto del pueblo y enlazamos con la subida hasta el mirador del castillo, el grupo vuelve a estirarse y la subida se completa casi en fila india, en algunos tramos hay tanta arena que es imposible seguir rodando. Alugnos de los figuras se cabrean, no les gusta tanta arena. Ya en el Castillo, parada estratégica para comer algo y hacernos las habituales fotos de grupo. Después de ahí, tiramos millas y tras ellas y como por arte de magia me veo encabezando un grupo ante una trialera de mil pares; hecho freno a lo justo, pies al suelo, a mi izquierda una ladera de muerte, ( con la sensación de que puedes llegar rodando hasta el agua) arena por todos lados. ¡Que pedazo de bajada! Al final, el poblado de los Caños de Meca. Los figuras en su gran mayoría se quedaron allí, sólo nos acompañó uno que nos fue guiando por inusitados caminos. Buenos carriles y con poco desnivel. Nos las prometíamos muy felices en nuestro regreso. Pero en un cruce, el figura, nos presentó a una señora, que resultó ser una cuesta que parecía no tener fin, amén de que tampoco su rodar era de los más sencillo; con bastante piedra suelta, obligándote a buscar la mejor trazada. Luego unos cuantos kilómetros del habitual carril arenoso rompepiernas hasta llegar a la altura del cruce del Palomar, donde nuestro figura se despidió para dejarnos en el carril principal de las Breñas, que lo afrontamos con ganas y buen ritmo, pues no en vano, se nos había echado la tarde encima.

Total y para resumir, un día esplendido, con muy poco viento, con unas temperaturas muy suaves, tal vez, casi con calor, con unos firmes que ya quisiéramos tener por aquí, y todo esto aderezado con nuestros buenos amigos “los figuras”. Qué más se puede pedir.

Total que al final sólo pudimos disfrutar de todos estos lujos, cuatro gatos. ¡Es que…! ¿Cuándo vais a aprender? Que tenéis que apuntaros más gente a estas escapadas, vivirlo "In situ" y no esperar a que os lo cuenten. Por cierto, el Lunes está previsto lo de Charcorrrendo o Montecoche, a ver quienes nos juntamos.
Fijaros bien en los caminos. Envidia ¿eh?
El punto de color en medio de la espesura es Iván subiendo por una pared:
¡Vaya dos pedazo de figuras!:
Desde el mirador:

Al Manu, el niño le dio una mala noche, aquí está la muestra. ¡Menos mal! Un respiro:


Si era la tormenta perfecta, estaba lejos de cojones:

los Figuras y los Cañas:


Tuvimos tiempo hasta para hacer fotos como las que vienen ahora:

La crónica oficial y el resto de las fotos en:
http://www.foromtb.com/showthread.php?t=209662&page=2414

domingo, 14 de febrero de 2010

14-02-2010 DIA DE LOS ENARMORADOS

CRONICA SALIDA DOMINGUERA (me ha quedado un poco largo, pero bueno, es que fue una ruta larga)

Hoy entre que es el día de los enamorados, que el carnaval está en pleno auge y que, esta mañana, hacia un frio de mil pares, pues nada, que en la v.v., sólo aparecimos cuatro gatos, bueno seis, para ser más exactos. El Selu llegó el primero, con su habitual atuendo del invierno, luego fuimos llegando, yo, JLPwin, el Colegui, Javi KTM y, ahí por las 08:15 apareció Ivan, que nada más llegar sacó unos guantes de lana gorda, y se los enfundó sobre los habituales de salir los domingos. La verdad es que no hacía tanto frio como ayer, pero se notaba tela.
Convencidos de que no iba a llegar nadie más, y eso que echamos en falta a muchos de los habituales, por cierto, ¿Magabe donde te metes?, pues nos dirigimos con cuidado al Meadero, no en vano el tráfico era denso, por eso de la vuelta de los carnavales y había que quitarse de la carretera lo antes posible. Después cogimos la típica cañada con dirección a los cocodrilos, un gran charco, el de siempre, paró al grupo. A estas alturas ya íbamos de barro hasta arriba, luego alguien dijo de subir a las Tinajas y José Luis, contestó que vale, pero que al no lo dejaran el último, que mejor en medio, pues el perro siempre la tomaba con él. Subimos las cuestecita, algunos rajando más que otros y en la cima, la típica cuestión – Y ahora, ¿tiramos palante? O volvemos patras. El Selu, que palante no, que a la aventura mejor otro día. El resto que bueno, pero vamos a ver a donde vamos, que tal vez, total al final que palante. Una entretenida bajada y tras ella, una valla, la abrimos, pasamos, cuestecita con fango, pero llevadera, más fango, otra valla, y tras ella, un camino, que más que tal, parecía un barrizal. Total, todo el mundo para el sembrado y así hasta bajar la colina, otra valla, y un río que José Luis, muy valiente, encara sin pensárselo, y como quiera que pasó sin problemas, allí vamos el resto. Luego pronunciada subida de plato chico, y a media distancia salto de valla para coger el camino bueno, encarar la cuesta y llegar al vértice geodésico. Después, cuando llegamos a los molinos de la castellana, nos metimos por ese carril paralelo a la cuesta. Carril que más que tal, parecía una autentica autopista, lo seguimos con buenas velocidades, no sin antes escondernos, como niños chicos, a ver si despintábamos a Javi, que se había quedado un poco rezagado. El carril concluyó en la carretera y otra vez nos replanteamos el camino. Ya más de uno estaba pensando en la Ventolera, pero aún así deshicimos el camino y otra vez, con buenas velocidades llegamos a la Castellana. Allí los del bono corto decidieron ir a desayunar, nos quedamos Ivan, el Colegui y yo, que nos dirigimos al puente de madera. David, se mostró en este tramo muy cauto, pues no acaba de andar fino con su rodilla, y se descolgaba con eso de que _ustedes, si me quedo atrás, tirar palante, sin mieo, que si eso, me doy la vuelta y ya está. Una vez en el puente, valoramos la posibilidad de saltar la valla del belga, pero como que el río llevaba una buena crecida, así que lo descartamos y volvimos a deshacer el camino. De regreso, le iba comentado a Ivan, que era muy temprano y que me si ellos tiraban para casa, pues yo, que no tenía bulla, iba a hacer unos cuantos kilómetros más. Nos separamos cuando mi cuenta marcaba poco más de 50 Km., tiré para el marquesado y me crucé con unos cuantos bikers que regresaban para Chiclana, subí la cuesta de marras con intención de enlazar con el corredor verde, y empecé a desanimarme un poco, pues los caminos estaban francamente mal, con mucho charco y mucho barro, pero como el marcador apenas si subía, venga palante, y venga más fango. Cuando me di cuenta estaba en el Berrueco, el firme mejoró un poco, y con eso de los kilómetros, venga palante. Cuando llevaba unos 70 km me quedé sin agua, me planteé regresar, pero valoré como mejor opción llegar hasta El Carbón y llenar el bidón. ¡Maldita la hora! Sin duda tiré palante, y para cuando ya estaba casi en la carretera, un enorme charco que no se me ocurre otra cosa que intentar sortear. Total que la rueda que se clava, e pie al suelo y de fango hasta el tobillo. Para cuando salí de allí, pensando más que nada en cómo iba a hacer el regreso, otro charco, pero este mucho mayor que el pretérito, total que esta vez, quise ser más listo y me metí en el charco. No clavé ninguna rueda, pero el agua sobrepasó los tobillos. Con lo que todavía no había llegado al Carbón, iba lleno de fango, con los pies super mojados, sin agua y con un montón de kilómetros, todavía por delante. Cuando llegué al carbón, el picao del Rocky Marcinao, me pasó unas servilletas de papel, de las buenas, y con cuidado me esmeré en limpiar, secar y engrasar la cadena. En vez de regresar por el mismo camino, cogí carretera y dirección Venta Andrés, ya llevaba más de 80 Km encima quejando de mi culo y molestándome las cervicales, cuando a esto, que me adelanta un meinato en un micro quad, a carajo sacao; nos miramos los dos alucinados, por nuestras respectivas pintas.
En la carretera me empeñé en dar pedales, a ver si lograba subir la media, que de camino a Medina había bajado estrepitosamente. De paso me fui acordado de todos ustedes, pues en la soledad del pedaleo a uno le dio por estas cosas, me dio también por pensar , que si tenía una avería, o peor un leñazo, de esos a los que soy propenso, que coño iba a hacer; pensé entonces en Rumanu , su fragoneta y su buena disposición. Como no pasó nada, no te tuve que poner a prueba Manu. Me acordé también del Litri, que se hace una jarta de kilómetros en solitario y a la aventura, no como yo, que los estaba haciendo por sitios archi-conocidos, de que esta era una de las rutitas que le hubiera gustado hacer a KAY, bueno y de todos los demás.
Cuando todavía no había salido de las cañadas el marcador llegó a los 100 Km. Me las prometía felices, pero todavía quedaban unos cuantos más. Nada más llegar a la vía de servicio, una brisita en contra, que más me pareció ventolera, no me dejó pedalear por encima de los 25 km/h, que sólo superé pasada la curva. Para cuando llegué a la gasolinera a limpiar la bici, completé 113 Km. Total que al final los kilómetros del sábado y el domingo, los condesé en una sola salida.
Las fotos están hechas con un teléfono móvil, que no me preocupé de configurar antes, así que son pocas, de baja resolución y no muy buenas, pero menos es nada, así que ahí van:

En lo alto de las Tinajas:
Lo mejor los kilómetros, lo peor la media:

domingo, 7 de febrero de 2010

07-02-2010 CHARCORREDONDO



En primer lugar, que bien nos lo hemos pasado, que buenos momentos os habéis perdido. ¡Ala eso pa empezar!
En la VV estábamos los que ya sabíamos que íbamos a ir a Charcorredondo, Rogelio, Pablo, Jose Santos, Dani y yo. Pero para grata sorpresa, allí estaba el Mákina que no se pudo resistir a pesar de estar, todavía convaleciente, del costillazo de Arcos. En la VV comenzó a llegar gente, entre otros JLPWIN, que llevaba tiempo perdido, y no digamos ya Juan G, que por fin dio señales de vida. Ya en carretera, el día apuntaba alto, en el coche le puse a Santos música de cuando la Expo de Sevilla, le pregunté algo así como si se acordaba y Santos me miró con cara de coña para decirme después: Carlos, en el 92 yo tenía 2 años, así que esta música… ¡Joder! Que mayores estamos algunos. Cuando llegamos a Chacorredondo el Dani que se pone a saludar a todo un grupo de bikers que están vistiéndose de romanos. Supuse que se trataba de la natural extroversión del Dani, pero a esto que miro a uno de los bikers , _ si a este lo conozco yo, era Andres, uno de los Figuras de Barbate , los mismos que pocas semanas antes, nos habían enseñado sitios de lujo por las Breñas, y junto a él, el resto de Figuras, el Gregorio (otra vez con las cachas al aire) el abuelo del grupo, el Caudillo, otro que le decían el Matamulas; total un montón de buena gente barbateña.
Comenzamos el camino juntos y como otrora sucediera en las Breñas, el grupo se hizo uno, y como quiera que ellos no tenían una ruta preconcebida, rápido se impuso nuestro mejor Rogelio y pillamos por donde él tenía previsto. No llevábamos más de cinco kilómetros cuando tuvimos que echar pie a tierra. Media montaña se había desprendió sobre el camino. En equilibrio una piedra más grande que un tractor se sostenía, todavía, milagrosamente sobre la ladera. La gente comenzó a valorar como razonable el dar la vuelta, pues a la vera del camino había un precipicio, y cruzar por el borde, significaba llenarse de fango hasta la trancas. En estas que el Makina, sin pensarlo, intenta atravesar por en medio; total que el fango le llega hasta los tobillos ¡Illo a dónde vas! Y el tío en vez de deshacer los pasos, va y da otros par más. Sólo cuando la tierra fangosa le llegó por las rodillas, se dio cuentas que por allí no podía pasar. Total que al final nos lanzamos por la ladera, con la bicicleta en ristre (como muestran las imágenes) para evitar la montaña de tierra batida, sin que con ello dejáramos de llenar las calas de fango.
Poco después llegamos a una bajada técnica donde la gente, espontáneamente se puso en fila. El Makina pasa a mi lado y me dice: -Igualito que la última vez. ¡Vaya tela como está esto! En verdad que estaba peligroso, así que todos pusimos los sentidos en lo que estábamos haciendo, bueno todos, todos, no. Cerrando el grupo iban Pablo y Andrés (de los Figuras) departiendo del cómo solucionar el país; que si el PP esto, que si el PSOE esto otro. Ni fila india, ni atención, ni ostias, por lo que ambos acabaron reboleados por el suelo. Primera caída de Andrés. Luego, subidas y más subidas, preciosas bajadas, entre densa vegetación y en una de estas, así como quien no quiere la cosa nos metemos en un cortafuegos. Justo al principio Andrés, que quiso sacar la zapatilla de la cala, que no lo consigue, que se cuela en una zona complicada, que si esto, que si lo otro, segunda caída. – ¡Que mal se me da esto! Decía Andrés después del pellejazo, (cualquiera lo diría viendo subir al tío). Encarando el cortafuegos, poco a poco, fuimos echando el pie a tierra, algunos de forma más aparatosa que otros. Sólo el Makina, que raro, fue capaz de ciclar casi todo el recorrido, y eso que todavía está convaleciente de las costillas. Luego una parada tras otra, que si me salta la cadena, vamos a echarle aceite, que si pincha Rogelio, que si vamos a sacar el GPS, que no tengo ni idea de por donde voy, que si a Santos le bailan sus flamantes nuevas cazoletas. Total un poco de aventura entre cuestas y con eso de que Dani trabajaba por la tarde y que Santos tenía holgura en el pedalier, total que dejamos a los Figuras haciendo unos kilómetros y nosotros nos dirigimos a buen ritmo al punto de partida. En una de estas, la holgura del pedalier dio al traste con los huesos del Santos, que se pegó un buen raspón. Al llegar poco más de 35 km. Dani y Santos que se van y el resto, como quiera que nos quedamos con ganas de dar pedales, regresamos al parque, nos cruzamos de regreso con los Figuras, nos saludamos y el Rogelio que nos mete por una subida de ensueño, fuerte de co…, pero preciosa. En una de estas llegamos a una valla, Rogelio se para a abrirla, yo que me bajo, que no me bajo; que miro para la derecha y veo un zarzal de mil pares; que si me quito la cala, que si no. Total que visualizo como me iba a caer directo en las zarzas, por lo que no se me ocurre otra cosa que echar mano del Makina, que lo cogí sorprendido y casi que me lo llevo conmigo. El Pablo: ¡Illo, Illo! las zarzas. El Makina, que por la sorpresa, no pudo pillarme.Total que me caí en el zarzal. Ellos a tirar de mí, y yo como si fuera un peso muerto, entre otras cosas porque me había entrado un ataque de risa, del que todos se contagiaron. Luego más subida de ensueño, un camino muy estrecho, y para cuando empieza a anchar, se convierte en súbida técnica, que precisa de toda nuestra pericia. Después se volvió a reproducir una bajada rápida, donde las dobles ejercieron su función y donde Pablo se dio, definitivamente cuenta, de la buena inversión que había hecho comprándose su preciosa doble.
Al final merecida cervecita en la Palmosa, tras poco más de 50 km de buena calidad.



































La cronica orginal y las fotos del Makina en esta página y las siguientes:
http://www.foromtb.com/showthread.php?t=209662&page=2363
Aquí os pongo unas cuantas: