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domingo, 14 de febrero de 2010

14-02-2010 DIA DE LOS ENARMORADOS

CRONICA SALIDA DOMINGUERA (me ha quedado un poco largo, pero bueno, es que fue una ruta larga)

Hoy entre que es el día de los enamorados, que el carnaval está en pleno auge y que, esta mañana, hacia un frio de mil pares, pues nada, que en la v.v., sólo aparecimos cuatro gatos, bueno seis, para ser más exactos. El Selu llegó el primero, con su habitual atuendo del invierno, luego fuimos llegando, yo, JLPwin, el Colegui, Javi KTM y, ahí por las 08:15 apareció Ivan, que nada más llegar sacó unos guantes de lana gorda, y se los enfundó sobre los habituales de salir los domingos. La verdad es que no hacía tanto frio como ayer, pero se notaba tela.
Convencidos de que no iba a llegar nadie más, y eso que echamos en falta a muchos de los habituales, por cierto, ¿Magabe donde te metes?, pues nos dirigimos con cuidado al Meadero, no en vano el tráfico era denso, por eso de la vuelta de los carnavales y había que quitarse de la carretera lo antes posible. Después cogimos la típica cañada con dirección a los cocodrilos, un gran charco, el de siempre, paró al grupo. A estas alturas ya íbamos de barro hasta arriba, luego alguien dijo de subir a las Tinajas y José Luis, contestó que vale, pero que al no lo dejaran el último, que mejor en medio, pues el perro siempre la tomaba con él. Subimos las cuestecita, algunos rajando más que otros y en la cima, la típica cuestión – Y ahora, ¿tiramos palante? O volvemos patras. El Selu, que palante no, que a la aventura mejor otro día. El resto que bueno, pero vamos a ver a donde vamos, que tal vez, total al final que palante. Una entretenida bajada y tras ella, una valla, la abrimos, pasamos, cuestecita con fango, pero llevadera, más fango, otra valla, y tras ella, un camino, que más que tal, parecía un barrizal. Total, todo el mundo para el sembrado y así hasta bajar la colina, otra valla, y un río que José Luis, muy valiente, encara sin pensárselo, y como quiera que pasó sin problemas, allí vamos el resto. Luego pronunciada subida de plato chico, y a media distancia salto de valla para coger el camino bueno, encarar la cuesta y llegar al vértice geodésico. Después, cuando llegamos a los molinos de la castellana, nos metimos por ese carril paralelo a la cuesta. Carril que más que tal, parecía una autentica autopista, lo seguimos con buenas velocidades, no sin antes escondernos, como niños chicos, a ver si despintábamos a Javi, que se había quedado un poco rezagado. El carril concluyó en la carretera y otra vez nos replanteamos el camino. Ya más de uno estaba pensando en la Ventolera, pero aún así deshicimos el camino y otra vez, con buenas velocidades llegamos a la Castellana. Allí los del bono corto decidieron ir a desayunar, nos quedamos Ivan, el Colegui y yo, que nos dirigimos al puente de madera. David, se mostró en este tramo muy cauto, pues no acaba de andar fino con su rodilla, y se descolgaba con eso de que _ustedes, si me quedo atrás, tirar palante, sin mieo, que si eso, me doy la vuelta y ya está. Una vez en el puente, valoramos la posibilidad de saltar la valla del belga, pero como que el río llevaba una buena crecida, así que lo descartamos y volvimos a deshacer el camino. De regreso, le iba comentado a Ivan, que era muy temprano y que me si ellos tiraban para casa, pues yo, que no tenía bulla, iba a hacer unos cuantos kilómetros más. Nos separamos cuando mi cuenta marcaba poco más de 50 Km., tiré para el marquesado y me crucé con unos cuantos bikers que regresaban para Chiclana, subí la cuesta de marras con intención de enlazar con el corredor verde, y empecé a desanimarme un poco, pues los caminos estaban francamente mal, con mucho charco y mucho barro, pero como el marcador apenas si subía, venga palante, y venga más fango. Cuando me di cuenta estaba en el Berrueco, el firme mejoró un poco, y con eso de los kilómetros, venga palante. Cuando llevaba unos 70 km me quedé sin agua, me planteé regresar, pero valoré como mejor opción llegar hasta El Carbón y llenar el bidón. ¡Maldita la hora! Sin duda tiré palante, y para cuando ya estaba casi en la carretera, un enorme charco que no se me ocurre otra cosa que intentar sortear. Total que la rueda que se clava, e pie al suelo y de fango hasta el tobillo. Para cuando salí de allí, pensando más que nada en cómo iba a hacer el regreso, otro charco, pero este mucho mayor que el pretérito, total que esta vez, quise ser más listo y me metí en el charco. No clavé ninguna rueda, pero el agua sobrepasó los tobillos. Con lo que todavía no había llegado al Carbón, iba lleno de fango, con los pies super mojados, sin agua y con un montón de kilómetros, todavía por delante. Cuando llegué al carbón, el picao del Rocky Marcinao, me pasó unas servilletas de papel, de las buenas, y con cuidado me esmeré en limpiar, secar y engrasar la cadena. En vez de regresar por el mismo camino, cogí carretera y dirección Venta Andrés, ya llevaba más de 80 Km encima quejando de mi culo y molestándome las cervicales, cuando a esto, que me adelanta un meinato en un micro quad, a carajo sacao; nos miramos los dos alucinados, por nuestras respectivas pintas.
En la carretera me empeñé en dar pedales, a ver si lograba subir la media, que de camino a Medina había bajado estrepitosamente. De paso me fui acordado de todos ustedes, pues en la soledad del pedaleo a uno le dio por estas cosas, me dio también por pensar , que si tenía una avería, o peor un leñazo, de esos a los que soy propenso, que coño iba a hacer; pensé entonces en Rumanu , su fragoneta y su buena disposición. Como no pasó nada, no te tuve que poner a prueba Manu. Me acordé también del Litri, que se hace una jarta de kilómetros en solitario y a la aventura, no como yo, que los estaba haciendo por sitios archi-conocidos, de que esta era una de las rutitas que le hubiera gustado hacer a KAY, bueno y de todos los demás.
Cuando todavía no había salido de las cañadas el marcador llegó a los 100 Km. Me las prometía felices, pero todavía quedaban unos cuantos más. Nada más llegar a la vía de servicio, una brisita en contra, que más me pareció ventolera, no me dejó pedalear por encima de los 25 km/h, que sólo superé pasada la curva. Para cuando llegué a la gasolinera a limpiar la bici, completé 113 Km. Total que al final los kilómetros del sábado y el domingo, los condesé en una sola salida.
Las fotos están hechas con un teléfono móvil, que no me preocupé de configurar antes, así que son pocas, de baja resolución y no muy buenas, pero menos es nada, así que ahí van:

En lo alto de las Tinajas:
Lo mejor los kilómetros, lo peor la media:

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