Libro de Visitas

sábado, 24 de abril de 2010

RUTA DE LAS TRES SIERRAS

La semana pasada no pudo ser, recordad, por aquello de las lluvias; pero este sábado todo apuntaba a pedir de boca y parecía que por fin íbamos a poder realizar, con los Figuras, la ruta de las tres sierras. Hubo que madrugar y en V.V. muy pocos cañas, Danieolovic, Chechu y yo mismo. En Barbate se juntó un buen grupo, que todavía se hizo más numeroso en Zahara de los Atunes donde se nos unieron una media docena de Figuras. De ahí camino de Atlanterra, y así como quien no quiere la cosa, Gregorio que gira a la izquierda y encara una subida pronunciada. Atrás se escuchaba: ¡Joé, yo creí que el Grego se había olvidado de la subidita! Aunque el firme era de hormigón, el repecho se las traía, en previsión le pregunto al de al lado: ¿Esto con que plato se sube? Me dice que voy bien, yo llevaba el de en medio. ¡Vaya rampa!, el Dani pasa a mi lado y me dice medio en serio, medio en broma: Llevo las pulsaciones a 230 por lo menos. Menudo calentón. Después una valla reagrupa al personal y tras saltarla nos metemos en un terreno de enormes jaras en plena floración:





Poco a poco el terreno se va escarpando y de paso, complicando, una trialera con tramos técnicos que obliga a emplearse a fondo en todos los sentidos. Los figuras se manejan bien en el terreno y bien es cierto, pocos echan el pié a tierra. La subida es pronunciada de puñetas, no en vano en un santiamén dejamos la costa a la distancia que se aprecia en las fotos tras estos cantamañanas:

Después un exquisito tramo de sube y baja por un paraje espectacular, encaramos una carretera estrecha y cuarteada y una fuerte bajada que se prolonga por espacio de bastantes kilómetros hasta llegar a la playa donde se encuentran las ruinas de Baelo Claudia y su pequeño poblado de Bolonia. Al llegar al poblado observo como unos caballos cruzan la calzada, yo detrás a buena distancia, pero vi como uno de los Figuras milagrosamente no se estampó contra la barriga del caballo. Luego vino una subida de carretera que disgregó al grupo que volvió a reagruparse en una pequeña venta donde hicimos acopio de refrigerio y nos hicimos estas fotos.



Gregorio nos aleccionaba que la montaña que de detrás, esa que esta cubierta de nubes, pues a allí nos dirigíamos.


Primero subimos al poblado de Betis, y pasamos por las laderas de la escuela de escalda de San Bartolomé, a partir de ahí una larga bajada de carretera. Dani y yo paramos a hacer estas fotitos de la cuesta de Fates desde lejos.


Continuamos con la bajada, y en un santiamén le perdí el pelo a Dani, que bajó como siempre, como una exhalación.

Poco más de doscientos metros de carretera principal y giro a la izquierda para encarar la cuesta de Fates. Al principio, el inicial declive permite ponerme en cabeza y hacer unas cuantas fotos del grupo.

Pronto la pendiente se va complicando, así como el firme que era de gravilla suelta y que te impedía a todas todas, ponerte de pié, pues siempre resbalaba la trasera.

El sol estaba pegando a estas alturas con bastante fuerza, y el terreno albarizo de la subida incrementaba la sensación térmica. Por supuesto el grupo se estiró a más no poder, cada uno a su bola, los fuertotes de los Figuras, que son mayoría, ni se les veía el pelo y eso a pesar de que más de uno sea abuelo como “El Caudillo”. Yo metí rodillo y no veía el momento de que se acabara la jodida vertiente. Al llegar a lo alto, el Chechu me dice que había disfrutado de lo lindo en la subida y yo le contesto que a la inversa. Es lo que tiene coger la bici una vez por semana y luego atreverme emular a estos máquinas.

La cuesta pasa factura y el último en llegar nos comunica que tres se han dado la vuelta. Pienso: ¡No es para menos! Pedro, que llevaba un GPS nos dice que hemos tenido pendientes del 19 y 20 %.


La parada sirvió para echarle algo al estómago y hacernos de paso unas fotos de los que habíamos llegado hasta arriba.

De cualquier modo todavía no habíamos tocado cima, el camino ahora era el típico de plena montaña, los declives después de los anteriores, parecían triviales, a nuestra derecha el despeñadero era de abismo y a la izquierda el boscaje era frondoso y llamativo, sorprendiendo una enorme densidad de helechos, el cielo azul y unos cúmulos blancos bajo nuestras cabezas. Realmente parecía que estabas tocando el cielo. Una pasada.



Luego a la izquierda semicamuflado se nos presentó lo que parecía una torre de vigilancia militar, y algo así debe ser, pues localizando la ruta en el Google Earth, donde debía estar la torre hay una zona pintada sobre el mapa, curioso cuanto menos.



A partir de ahí bajada infinita, yo y otros como yo que íbamos más cortitos de fuerza nos adelantamos en la bajada y la hicimos juntos a excepción de Pedro (Pericoyglesia en nuestro foro) que bajó más rápido. Una pendiente ligera en algunos tramos, complicada en otros, con un poco de todo. Nos detuvimos a esperar al resto en una fuente idílica donde llenamos los bidones, al poco aparecieron unos cuantos que habían bajado zumbando, como no, entre ellos Dani y Chechu que lo habían completado con su habitual arrojo. El resto de los Figuras tardaron en llegar, pues había habido más de una avería por el camino.






En la fuente nos dimos cuenta de lo tarde que se nos había hecho, Dani, como siempre trabajaba de tarde, así que nos quedamos con las ganas de hacer la tercera sierra, la del Retin. Los tres cañas dejamos el grupo y solos continuamos el descenso hasta Facinas y de ahí carretera hasta el cruce de Zahara, pasando por Tahivilla, después la pedanía de la Zarzuela, Zahara de los Atunes, más carretera y mas de lo mismo hasta Barbate, total más de 30 km de asfalto, con velocidades, a pesar del cansancio altas.

84 kms nos salieron al final, un buen tute, dejamos las piernas bien prietas y eso que nos quedamos sin hacer la tercera Sierra, que según contó Pedro, hicimos bien en irnos, porque la Sierra de los Conejos, se le presentó con rampas del 19 %, con un montón de piedras, del estilo de la que subimos al principio, pero mucho más larga, no en vano llegaron a Zahara a las 15:45, ahí es nada. De todas maneras cuenta Pedro que la recompensa fue tremenda, cervecitas fresquitas, las mimas que nos tomamos nosotros en Barbate.






2 comentarios:

  1. si señor estas rutas son las ke kean en el retin,jajajajajajaja nunca mejor dicho,jejejejejejeje

    ResponderEliminar
  2. Esta ruta me encantó disfruté mucho y sobre todo fue muy buen entrenamiento, esta hay que volverla a hacer..


    PD: Charlie, como todas una pedazo de crónica un 10 para ti!, máquina!

    ResponderEliminar