Después el camino transcurrió por una bonita canalización del rio, algo de carretera, camino entre chalets, carriles y así hasta llegar a San José del Valle. Nino nos estuvo aleccionando todo el camino con el cuestón que nos quedaba por delante, la subida a las antenas, 400 mts. de desnivel en poco más de dos kilómetros, el lugar donde se disputa el rally de San José. Juan llegó a preocuparse tanto que antes de atacar la subida tuvo que parar en un bar a comerse un bocadillo no fuera a darle una pájara en pleno esfuerzo. Y la verdad poco se equivocó, pues la huestecita se las traía, sobre todo en los tramos finales, la verticalidad era tal que la bicicleta parecía estar haciendo el caballito sola, en su momento me recordó la famosa subida a la ermita de Montejaque.
Arriba, como no podía ser menos, las vistas eran espectaculares, todo a nuestro alrededor parecía muy pequeño. Después de las consabidas fotos estuvimos tentados de bajar por un senderito que gracias a dios no lo intentamos, pues no se como continuaba, pero al menos al principio la bajada era tela, pero tela de peligrosa. Para no descender por el mismo camino que en la subida, estuvimos dando algún que otro rodeo hasta llegar a una cantera y en la misma hicimos algo el cabra. En la cantera se volvió a reproducir un tema que había salido kilómetros antes, cual era el asunto de mi cumpleaños, vaya la que me dieron los tíos, menos mal que Juan me gana en unos cuantos, pues eso, estando en la cantera no se me ocurre decir otra cosa que:
¡Illo en estas piedras seguro que encontramos fósiles¡
_Y tan seguro _ dijo Saky_ como que yo estoy viendo a dos.
_Litri. Me cago en…..Ja, ja, ja.
_Si es que me lo has puesto a huevo.
Y con esta ya iban por lo menos tres, los tiritos que nos estaba pegando Bernardinito.
Bueno, como quiera que no acabamos de encontrar un camino de regreso, nos vimos obligados a deshacer el camino y regresar por la misma pendiente. Vaya descenso rápido
que nos marcamos.
Otra vez en San Jose regresamos a Arcos por un camino que prácticamente lo hicimos entero a plato, al llegar al pueblo hicimos el ascenso por la carretera sur, la del lado del mirador. En el último tramo la carretera se estrecha y pierde toda visibilidad por el entramado de curvas, el tráfico, a su vez, era denso en ambos sentidos, así que montamos un pequeño atasco y algún que otro conductor desesperado comenzó a pitar, lo gracioso fue escuchar a Litri : ¡Qué quieres cojones! Además a grito pelao. ¡Joé con Juan, con lo tranquilo que parece! Comentó Saky al escucharlo.
Cuando llegamos a los coches era ya mucho más de mediodía y sin embargo continuaba haciendo un frío de perros, el sol no había despuntado en toda la mañana, aún así habíamos echado un magnifico día de mtb, aunque alguno se quedó con ganas de más cuestas.
LAS MIAS:
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