Libro de Visitas

domingo, 24 de octubre de 2010

CICLOTURISTA CIUDAD DEL LAGO 2010


El sabado un grupo de cañasbikes fueron, comandados por Rogelio, a visitar la Ermita de Alcalá de los Gazules. Una ruta que coge parte del segundo tramo del corredor verde dos bahías y que no es excesivamente complicada salvo por los kilómetros que hay que recorrer, que no son pocos.

Por su parte unos cuantos nos fuimos a representar al grupo en la IV cicloturista de Bornos. Como cañasbikes se inscribieron y fueron Capiyita, Fernando (Isla León), Vicentini, Litri, Paco Sainz, Jose Luis (JLPWIND), Dani, Charlie y Kike que en realidad se coló como invitado por eso de acompañar al cuñado, ya sabéis, Javier Estrada, pero como quiera que Modesto no pudo ir a la ruta, al final hizo la cicloturista con el dorsal de Lagartone.

El pasado 26/09/10 fuimos a reconocer el recorrido, en este mismo blog está la crónica de un tal Guti contando las peripecias de aquel día. Sin embargo, guiados por el GPS de Modesto y por el Track colgado en la Web del Club Ciudad del Lago, lo cierto parece que el día del reconocimiento hicimos una ruta bien distinta a la que realmente tuvo lugar.

En definitiva echamos un magnífico día de ciclismo de montaña, con sólo un par de peros en la organización con respecto a años pretéritos, pero nada llamativo. Las típicas aglomeraciones en los tramos complicados, que siempre suceden en las cicloturistas, a consecuencia de ello, muchos trechos que se podían hacer encima de la bici, tuvimos que hacerlos caminando. Pero las cicloturistas son así, por tanto nada que reprochar tampoco en este sentido. Hubo tramos de descenso complicado donde más de uno se las vio y se las deseo, hubo también tramos alternativos para los menos entrenados o atrevidos, en definitiva, todo muy bien.


Vicentini por su parte, ese día estuvo pletórico de humor, así que a partir de ahí , que se puede contar. Ya en el cajón de salida comenzó a rebuznar de forma escandalosa, todos se nos quedaban mirando con caras risueñas. Gracias a él los cañasbikes y nuestras equipaciones no pasaron desapercibidas en la serpiente multicolor. Evidentemente los rebuznos se reprodujeron durante prácticamente todo el camino, sólo dejaba resoplar cuando la pendiente se lo impedía. Aún así subiendo una pronunciada cuesta de asfalto en Villamartin, cuando la gente salía de sus casas e interrumpía sus faenas para ver a los ciclistas, Vicentini se puso a pedalear de pie, y en el esfuerzo soltó una de sus habituales flatulencias grandilocuentes, una mujer le respondió con el típico ¡Anda hijo! Mas arriba, en lo que parecía la Plaza Mayor, un churrero se empleaba en su labores. Vicentini tampoco perdió la oportunidad, ¡Ponme un cuarto!, el otro le siguió la gracia y algo le contestó. Así todo el camino… Ya duchaditos fuimos a por la habitual berza bornichera, que como siempre estuvo de lujo. Este año le eché morro y de todo pedí doble ración, me comí un plato rebosando de garbanzos y pringá. ¡Qué peshá! Tanta que hasta me entró algo de fatiga. Luego vinieron los premios donde nuestro amigo Estrada fue agasajado y después los sorteos, donde algo cayó, concretamente un enorme camelback que le tocó a Don Francisco y que creo que terminó regalando a algún compañero

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