Libro de Visitas

miércoles, 16 de marzo de 2011

Domingo 13 de marzo 2011. Intento fallido de subida a las antenas por Sierra Luna.

La intención era subir el Tajo de las Escobas hasta las mismas antenas, por Sierra Luna. Una enorme cuesta de un montón de kilómetros que hasta ahora sólo habíamos descendido.

Hacia un día muy feo, en V.V. poca gente, Rafa, Rumanu, Olvik, Capillita y yo. El Pichurrin tenía previsto venir, pero la novia lo llamó al orden y no tuvo más remedio que quedarse para dar pedales en el rodillo.

Total que con un cielo encapotado barruntando de todo, nos fuimos para Facinas. Todo el camino chispeando, pero aún así no perdimos las ganas de darle a los pedales, sobre todo yo, pues si ayer había probado la 29er, hoy le tocaba pasar la prueba de fuego para ver si hacía Aznalcollar con mi vieja Occam o me atrevía con la nueva Cannondale. La decisión no es sencilla, pues el cambio de pasar de una btt doble semiendurera como la mía a una rígida, de 29 pulgadas, tiene algo de radical y no es un cambio baladí.

A diferencia de otras veces, esta no dejamos el coche en Facinas, si no en la misma base del camino, por lo que sin ni tan siquiera haber calentado ni las piernas, nos dimos de bruces con la fuerte subida de la calzada romana, tan rota y tan pedregosa como siempre, por no decir más. Rafa y Rumanu se distanciaron de inmediato, en realidad es lo que estuvieron haciendo durante toda la ruta.

En la calzada la 29er se portó de miedo, absorbió con enorme facilidad las piedras y mantener el equilibrio resultó tarea más sencilla de lo habitual. De momento los dos platos se mostraron suficientes, no eché en falta el molinillo, pero sólo de momento, habría que verse en cuestas como estas pero más largas, donde el molinillo viene muy bien, aunque sólo sea para descansar.

Luego vino un pequeño descenso ligeramente empedrado y en el que no acabé de sentirme cómodo, intento poner la misma posición que en la 26” y no se, algo no iba bien. Esa sensación no la había tenido el día anterior por las cuestas de las cañadas y no es para menos, allí el firme de los carriles no es que sea perfecto, pero por regla general está bien compactado.

Bueno tocaba ahora subir por el ancho carril de albero del Parque Natural. Sin problemas, aquí la 29er seguía moviéndose a la mil maravillas, también algo lógico pues si comparamos la diferencia de peso entre mi doble y esta, la diferencia oscila entre los 2 y 3 kg, ahí es nada, eso tiene que notarse con independencia del tamaño de las ruedas o que sea doble o rígida. Me mantengo pedaleando a la estela de Rafa y Manu sin el sobreesfuerzo añadido que hubiera inferido en la doble. ¡Qué bien te veo!- me decía de vez en cuando Rafa ¡Ya sabes que eres mi ídolo! Yo me limitaba a sonreír y a disfrutar del momento, pues tal vez mucho de lo a gusto que estaba rodando, tenía que ver con el estreno propiamente dicho, adviértase, que con cualquier bicicleta por el mero hecho de ser nueva, uno se siente que va mejor.

En un momento determinado cambié de plato y la cadena se salió, algo similar me había sucedido el sábado, así que me detuve, no sólo a ponerla si no a ajustar la tensión para que no se volviera a reproducir el error. Manu y Rafa ni se percataron y para cuando aparecieron Olvik y Capi, les dije que siguieran, que ya los pillaría.

Cuando vi que aquello estaba solucionado mantuve un ritmo constante, supongo que ellos algo bajaron el ritmo para esperarme, sobre todo los de cabeza, pero aún así cuando los pillé, volví a tener la sensación de que con la doble, aquel calentón me hubiera pasado el doble de factura.

Poco después nos desviamos hacia la trialera que habitualmente trepamos y descendemos cada vez que vamos a la zona. Como quiera que Manolo y Jesus, se había quedado un tanto descolgados me quedé a esperarlos y mientras, Manu y Rafa se fueron para arriba con intención de volver a bajarla y hacer el camino dos veces, de hecho hicieron uno y medio.

La trialera, hoy estaba especialmente complicada, tenía un par de zonas con agua, algo de barro y piedras mojadas, aún así volví a comprobar el magnifico rendimiento de la 29er subiendo por sitios complicados, es cierto que en algún momento eché en falta el molinillo, pero tal vez sea más una cuestión psicológica que una necesidad real, habrá que probarlo en otro tipo de cuestas, tipo la romana o de los valientes de Vejer. Aunque conozco a muchos que suben por allí con el plato mediano desde el comienzo.

Llegamos a los molinos, tocaba ahora descender hasta el área recreativa del Bujeo. Al principio me lancé como si nada, pero cuando aquello empezó a complicarse con las piedras, me empecé a agobiar. ¡Joé! si no estaba absorbiendo nada. Acostumbrado como estaba a mi horquilla fox, aquello parecía una piedra. Me fui quedando atrás y Olvik que se dio inmediata cuenta, me advirtió que efectivamente llevaba muy dura la horquilla.

_¡No si se nota!_ me dijo Manolo cuando llegamos abajo_ Mira la mía.

Intercambiamos las bicis y efectivamente yo comprobé que la Lefty de Olvik respondía de maravilla, mientras la mía, según él, debía andar por una presión de 150 psi. No se equivocó mucho cuando llegué a casa lo comprobé y estaba en 147.

Al rellenar en la fuente los bidones comenté con Manu lo que me sucedía con la presión y me dijo de vaciarla un poco, pero Olvik me lo desaconsejo, así que continué con la misma rigidez, así me evitaba bloquearla en los ascensos. Antes de darnos cuenta precisamente Olvik ya había salido disparado hacia arriba, poco después los cuatro salimos a su encuentro por el camino que sube hacia las Corzas.

_Oye, esto no me suena nada_ le dije a Manu cuando aún no llevamos ni 200 mts de pedaleo.

_Pues Olvik ha tirado para arriba y el lleva un Garmin.

_Bueno pues será, pero quillo, a mi me da que el desvío para subir por Sierra Luna está al principio.

Por uno u otro motivo continuamos ascendiendo por las Corzas. Rafa empezó a pedalear más fuerte y rápido le perdimos de vista. De cualquier modo yo seguía mosqueado y no creí que el camino continuara por allí.

_ ¡Manu que no tio! Que por aquí no es. Vamos a darnos la vuelta.

_ A mi tampoco me suena_ dijo jesus.

_ Además seguro que Olvik ha cogido el desvío y no está subiendo por aquí_ así que me puse a llamar al adelantado_ Rafa, Rafa_ grité una y otra vez, pero Rafa no dio señales, así que aceleré y me fui a su encuentro

_ Rafa vamos a darnos la vuelta que por aquí no es_ le dije cuando lo tuve a la vista.

_Pues Olvik, que va ahí delante, dice que es por aquí_ Me contestó el zapatero.

_¡Joé! Pues será_ así que los gritos se reprodujeron ahora a la inversa_ Manu, Capi, que al parecer si es por aquí. A esto apareció Manolo.

_ Carlos, que si hombre _dijo Olvik_ ¿No te acuerdas del descenso?

_ Claro que me acuerdo pero por mi madre, tan mal tengo la memoria, por aquí no hemos bajado.

_¿Por qué no lo miras en el GPS?

_Porque no es tan sencillo, además estoy convencido de haber bajado por aquí. Que si hombre, que yo todas estas cuestas me las conozco perfectamente.

Confié en que el sentido de la orientación y la memoria de Olvik eran mejores que los míos, así que continuamos bajo su criterio ascendiendo.

_Pues si es por aquí todavía nos queda mogollón_ sentencie_ y yo tengo que estar en casa temprano, tengo que ver la cabalgata si o si.

_Olvídate de la cabalgata_ me advirtió el Rubio_ ¿No has visto la hora que es?

En este plan de incertidumbre, continuamos el ascenso, en un momento dado a Olvik le perdimos la pista. Se había descolgado. A estas alturas también Manolo tenía la mosca tras la oreja, así que se detuvo a ver si podía recuperar el track del otro día. No lo consiguió. Comenzó luego a chispear, al mismo tiempo se levantó un viento bastante frío. El día se estaba poniendo feo de verdad.

Como era de esperar llegamos a la cima de las Corzas y no contentos con ello, buscando el supuesto desvío hacia Sierra Luna, hicimos unos cuantos kilómetros de descenso. Cuando Manolo se convenció de que por allí no íbamos bien, nos detuvimos.

_Vamos a seguir _ dijo Manu_ y nos vamos del tirón para los coches.

_Por donde sea más corto _ dijo Capi_ que hoy decía estar un poco desentrenado y había sentido las piernas más de lo que le hubiera gustado.

_ Si continuamos vamos a dar un vueltazo enorme _ dijo Olvik_ es más corto deshacer el camino.

Así que eso hicimos, nos dimos la vuelta, por lo que ahora tocó descender hasta el área recreativa. Yo iba junto a Olvik que a cada camino o desviación que veía a su derecha se preguntaba ¿Será por ahí?

Llegamos al área recreativa para subir luego hasta los molinos de la base del Tajo de las Escobas. El primer tramo lo subimos más o menos juntos, y el segundo Rafa y Rumanu lo subieron a lo bestia, según el Rubio, nunca había subido tan rápido la ultima cuesta. Yo me quedé en tierra de nadie pedaleando sólo. Cuando llegué arriba tuve dudas si descender por el carril o acortar por donde habíamos subido, véase por la trialera. Lo lógico era pillar por esta última, así que eso hice. Vamos a ver como se porta la 29er en un descenso complicado, me dije a mí mismo. Pero como ya he dicho, los “putos psi” de la horquilla no eran los correctos así que cada vez que me encontraba con un obstáculo quien absorbía el golpe eran mis brazos y no la bici.

Para colmo de males no acababa de encontrar la postura correcta en la bici, intenté poner la misma que en mi Occam y que va. No me caí, porqué caerse de una 29er, me he dado cuenta, es difícil. Se ve que tiene que ver con el punto de equilibrio que está aquí más logrado. Cosas de la física. Pero desde luego no disfruté ni lo más mínimo de la trialera, mientras que la ultima vez que pasé por allí con mi doble, hacia tan sólo tres semanas, me recreé como un enano y si no que lo diga Dani que venía aquella vez tras de mí. Confió en que con una presión correcta y tal vez con un manillar de doble altura la cosa cambie.

Luego hice unos kilómetros en solitario hasta pillar a los de cabeza que iban pedaleando muy despacio. En un descenso Rafa cogió velocidad, y Manu me dijo eso de ¡Vamos!, pero, por lo reiterado, no me sentía a gusto, así que le dije que se adelantara solo. Al subir nos volvimos a reagrupar y mantuvimos un ritmo flojo continuamos así durante otros tantos kilómetros hasta que aparecieron los rezagados.

En la carretera me puse a tirar en plan de cachondeo del grupo, para cuando nos dimos cuenta habíamos vuelto a perder de vista a Olvik y Capillita, cogimos el desvío hacia la calzada romana y nos relajamos en el pedaleo e incluso sacamos algunas fotos, pero los de atrás no daban aparecido.

En la calzada se volvieron a reproducir lo problemas derivados de la presión, pero ahora multiplicados, pues el descenso es de pura piedra y a poco que se embalara la bici, así se reproducía en forma de tembleque. Cuando llegué abajo parecía como, si tal cual, hubiera estado manejando uno de esos enorme martillos neumáticos que utilizan los albañiles.

Poco después llegamos a los coches. Al cabo de un rato llegó Olvik. Mientras nos cambiábamos cariñosamente le recordé lo de su cabezonería buscando Sierra Luna. El se limitó a sonreír.

_¿Y Capi?

_ Pues iba delante mía _ dijo Manolo_ pero se pasó el cruce y siguió por la carretera. Menudo vueltazo se va dar.

_ Vueltazo, ese se nos pierde.

_ Anda Manu, llámalo a ver por donde va.

Pero el Rubio no dio encontrado el número de Jesus. Al final fui yo quien le pegué un toque. Imaginaros las caras que se nos quedaron al escuchar el politono del capillita en el maletero de Olvik.

_¡Será mamón! _ esto lo podría haber dicho cualquiera de nosotros_ Mira que dejarse el móvil en el coche_ Y ahora ¿Qué hacemos?

_ Pero…habéis visto la hora que es.

_ Pues nos metemos lo antes posible en el coche y salimos disparados a buscarlo, que este cuanto más tiempo pase mas se nos pierde.

Así que eso hicimos. Nos despedimos de Olvik y en un santiamén ya estábamos en la carretera en busca del Capullito. Pero por muchos kilómetros que hiciéramos nada, ni rastro. Al fondo parecía verse uno ciclistas, Manu apretó el acelerador, pero que va, no era el, en realidad eran cuatro “guiris” en bicicleta. Nos pusimos a su vera y le preguntamos por el perdido, pero que va. No se habían cruzado con nadie. Llegamos al cruce de la calzada romana y Manu que ya estaba comenzando a desesperarse por la hora, se metió en el carril.

_Pero a donde vas por ahí, da la vuelta que te vas a cargar el coche.

_¿Qué hacemos entonces?

_ Lo primero llamar a Olvik para que se quede donde está por si aparece el Capi. Mientras, nosotros regresamos al punto de partida y si allí no está pues tiramos para Facinas.

_ ¡Que va! vamos a continuar por la carretera más arriba _dijo Manu_ no vaya a ser que haya regresado hasta el cortijo.

Total que mientras yo intentaba hablar con Olvik, que no me cogía el teléfono pues seguro que ya estaba conduciendo, Rumanu maniobró para continuar por la carretera devuelta al Parque Natural.

Convencidos de que por allí no estaba, dimos la vuelta para deshacer el camino. La cobertura se perdía a cada momento, por lo que, aunque lo intentara resultó imposible contactar con Olvik.

_¡Ring, Ring…!¡Joder mi mujer! _dijo el Rubio a escuchar su politono. Pero nada más descolgar se perdió la cobertura. En realidad se perdía en cada curva. Sonaba el teléfono, uno o dos tonos y luego se cortaba.

_ ¡Oju! la que me va caer _ se lamentaba Rumanu.

_ ¡Quillo no será para tanto! _dijo desde atrás Rafa_ Se nos ha perdido uno y es cierto.

_ Es que siempre es lo mismo, que si uno pincha, que si otro se pierde, que si me estoy tomando una copita…Oju , oju…

_ Lo que no entiendo es como Olvik viendo que se desviaba no salió detrás de él para avisarlo.

_ Eso mismo digo yo.

_ Vaya con Olvik y con Capi, pues yo tengo que llegar a ver la cabalgata como sea, que mi hija sale en ella.

_Ring, ring,…_Otra vez el móvil de Manu_ Dime gorda. ¿Qué donde estoy?...Buscando al Capillita, que se nos ha perdido…Que ya tienes a los niños disfrazados…Claro…Claro…Bueno…Pues vete para la calle que no creo que tardemos mucho más….

A esto que llegando al cruce, que a la izquierda lleva a Facinas y a la derecha a la calzada romana, aparece Jesus. ¡De coña!

Ya os podéis imaginar las palabras que nos cruzamos. La verdad es que Jesus aguantó la tormenta que le calló encima sin decir ni pío. Cuando nos contó su historia no nos quedó más remedio que reírnos a carcajadas.

Ingenuamente no había visto el cruce, es más tampoco tenía claro que íbamos a regresar por donde habíamos llegado. Así que continuó por la sinuosa carretera hasta plantarse en la enorme recta que lleva al cruce. ¡Imposible! _ se dijo a sí mismo_ por mucha ventaja que me hayan sacado estos tíos en esta recta los vería sin problemas, además si Olvik venía tras de mí, estaría también a la vista. Así se hizo unos cuantos kilómetros de confusión, hasta que haciendo memoria decidió regresar para buscar ese cruce que lo debería llevar a la calzada romana. Al llegar se metió en el sin mucho convencimiento. Pensó en la cuatro barritas del “DIA” que llevaba a las espaldas y pensó ¡Bueno de hambre al menos no me muero! Vio también un coche abandonado y volvió a pensar. ¡Bueno si tengo que pasar la noche lo haré ahí! Esto lo pensó de coña, pero lo pensó a fin de cuentas y es que perdido como estaba ya estaba dándole extrañas vueltas a la chaveta. Luego se metió por un camino cuyo suelo dijo estar construido a base de azulejos partidos.

_¡Aonde vas por ahí! _le dijo el único paisano que se encontró por el camino.

_ ¡Gracias a Dios! Lo que quiero es llegar a Facinas _ exclamó Jesus feliz de encontrar a alguien.

_Pues por donde vas te vas a meter derechito en la Sierra.

El lugareño le indicó correctamente, así que llegó a la calzada, la bajó, cruzó el río, pasó la cancela, subió la cuestecita, y ¡Ostias! Allí no estaba ni Dios, ni la furgo del Rubio, ni el coche de Olvik ni nadie. ¿Y ahora que coño hago?

No le quedaba otra, llegó a la carretera y siguió camino del pueblo, su intención era llegar a Facinas y allí localizar un teléfono por el cual llamar a su propio móvil y suponiendo que el mismo estaba con nosotros, confiar en que al escuchar la llamada contestáramos. Las cosas del Capi. Por fortuna no fue necesario, mientras en estas iba pensando se cruzó justo con nosotros en el cruce.

Ya en coche recuperados los ánimos y el aliento y cuando le contamos nuestras peripecias dijo tal cual:

-¡Qué Olvik me vio como seguía para delante y no me dijo nada! ¿Pero…. como puede ser? ¡Vamos… si eso me pasa a mi, me doy patadas en el culo hasta pillar a quien sea!

_Bueno tu sabes, hay que verse en la situación. Supongo que Olvik debió pensar en que pronto te darías cuenta.

_Pues no me di cuenta hasta que llegué a la recta y no veas, son unos cuantos kilómetros.

_Ja, ja, ja……, nos reímos todos a gusto ahora que íbamos de regreso y todavía con tiempo para cumplir los compresos familiares, incluidos los del Rubio.

Rumanu precisamente ahora estaba pisando el acelerador como nadie y eso que íbamos sin gasolina, a cada curva Jesus que es muy aprensivo en la carretera le iba diciendo cosas a Manu a fin de que aminorara la velocidad. En una de las curvas le apretó tanto la rodilla a Rafa que este no pudo menos que quejarse entre risas.

_ ¡Manu, que lo que vas a ganar son cinco minutos! …¡Manu que hoy es domingo y los picolos están al acecho_ dijo con tono comedido no se fuera a mosquear el piloto.

_Cierto Rubio que en esta carretera siempre hay muchos accidentes_ dije yo.

_Si tu arréglalo, para que se nos ponga más nervioso_ comentó Rafa.

_Ja, ja, ja,….

Y así todo el camino y de vez en cuando a Capillita le venía a la memoria Olvik y decía:

_¡Será posible el Olvik, mira que no avisarme!

Ja, ja. Ja,…….Que buen día echamos. Al final la tarde se encapotó de semejante modo que a las 16:00, hora prevista para la salida de la cabalgata estaba cayendo una tromba de padre y muy señor mío. Ni que decir tiene que se suspendió la misma.

Evidentemente esta crónica tiene su moraleja. Por si alguno no se ha dado cuenta, y eso que me he tomado muchas molestias en explicarlo, nunca te dejes el móvil en el coche.

Os dejo las fotos de ayer y de hoy:

WEB PLAYER:

http://img705.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=imgp0881g.jpg


1 comentario:

  1. joder tio Charlie,me he perdio tu 1ª salida con la 29er y doy fe ke el dia ke bajastes delante mia por esa trialera ibas como un rayo y super seguro,me costo seguirte y no te lo digo de coña en.La cronica mu buena tio,parece ke estoy viendo al Capiyita en directo,jajajajajajaja

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